CSIF critica el plan de contingencia de Colau para la Urbana

La Guardia Urbana se está volcando en la lucha contra el coronavirus. Barcelona ha desplegado 1.704 agentes para las diversas funciones que deben acometer, lo que se traduce en algo más de la mitad de la plantilla. No obstante, en el cuerpo hay un cierto descontento con el Gobierno local, al que acusan de exponer a los agentes por no tomar las medidas preventivas necesarias para las circunstancias bajo las cuales desarrollan su trabajo. 

Así se ha expresado este lunes la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, que ha criticado que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, "expone al 100%" a la plantilla de la Guardia Urbana y considera que el plan de contingencia por el coronavirus es insuficiente por no preservar el ámbito familiar y personal de los agentes.

ÁMBITO FAMILIAR

El sindicato propone afrontar los servicios con el 50% de la plantilla y relevarse cada siete, 10 o 15 días, cada uno en su turno, "ya que son un colectivo de riesgo", un riesgo que, a su juicio, se aumenta por la falta de previsión de la administración al no dotarles de materiales adecuados ni tomar las medidas de prevención necesarias.

A su vez, CSIF critica el plan de contingencia por el coronavirus para los agentes ya que las medidas tomadas son del todo insuficientes por no preservar el ámbito familiar y personal de los agentes. La Administración pretende que las horas que dispongan para el cuidado de menores, dependientes, mayores o familiares con afecciones pulmonares o de alto riesgo vayan a cuenta de los agentes.

"Estas medidas nos parecen del todo insuficientes. Tenemos verdaderos casos de drama. No puede ser que un miembro de Guardia Urbana para atender a personas dependientes, hijos menores, familiares mayores, familiares con afecciones pulmonares o de alto riesgo, tengan que a su cargo las horas que se dispongan para poder atenderlos", han lamentado este lunes en un comunicado.

Para CSIF, la Administración ha de ser sensible, con aquellos casos justificados, para que no vengan a trabajar. "No olvidemos que la Policía es un colectivo de riesgo, y puede ser un transmisor", sentencia el sindicato.