Barcelona cuenta con 53 plataformas integradas dentro de una Red de Apoyo Mutuo que ha sido creada, oficialmente, para funcionar como una gran malla de grupos que realiza trabajos comunitarios para ayudar en la crisis del coronavirus. Oficialmente, estos grupos se presentan como una red solidaria para ayudar a la población. Pero, como señalaba el pasado sábado la plataforma Rescat, de apoyo a los presos políticos, estas redes son “herramientas de lucha y denuncia de la represión”.
De este modo, aunque las movilizaciones diarias y los cortes en Meridiana, Marina y otras zonas tienen que cesar debido al decreto de estado de alarma, el independentismo ha creado otro altavoz a través del cual puede vehicular sus consignas, esencialmente a través de las redes sociales al estar prohibidos los actos presenciales.
Los autodenominados Grupos de Apoyo Mutuo pretenden ser una plataforma a nivel de toda España, pero tanto sus organizadores como gran parte de su estrategia se sustenta en organizaciones y plataformas preferentemente independentistas. De hecho, algunos de sus planteamientos coinciden con las reivindicaciones políticas y sociales del independentismo más radical, por lo que esta red nace como una nueva arma política que recoge el legado de ese extremismo.
Además, su implantación en el territorio se ha realizado, desde finales de la semana pasada, siguiendo el ejemplo de los Comités de Defensa de la República (CDR). Los grupos están compuestos de entidades sociales vinculadas a la extrema izquierda, asociaciones de vecinos, asociaciones anarquistas y organizaciones separatistas, diseminadas por 37 ciudades españolas, en una estructura social y territorial muy similar a las de los CDR.
BARCELONA, CAPITAL DE LOS GRUPOS
El grueso de la plataforma, no obstante, está en Barcelona: en la capital catalana tiene 53 de sus 126 grupos de activistas. Y en Cataluña aglutina a 91 de sus 126 grupos, lo que da una idea del peso que tiene la parte catalana de la red. El pasado fin de semana, la Red presentó en Barcelona el Pla de Xoc Social, un manifiesto en el que se incluyen reivindicaciones como la suspensión del pago de alquileres e hipotecas, la exigencia de que no haya despidos aprovechando la crisis del coronavirus, que se garantice una renta básica para quien no tenga ingresos y que se intervenga la sanidad privada “sin compensación económica”.
Este martes, la Red tenía que ser presentada en el Eixample por Maria Rovira, exconcejala de la CUP y miembro del núcleo duro de la CUP, pero problemas logísticos impidieron que el evento fuese retransmitido por Youtube y se aplazó. La presentación, para que no quepa duda, la organizaba Arran, la organización juvenil de la CUP.
EL INDEPENDENTISMO DOMINA LA ORGANIZACIÓN
La nueva organización está impulsada por fuerzas como Endavant-OSAN, el partido más extremista de los que componen la CUP, Lluita Internacionalista (otro de los partidos de la formación anticapitalista), la organización Arran, la Intersindical (la organización que dio cobertura legal a todas las huelgas generales convocadas en Cataluña desde 2012 para apoyar el independentismo), la Coordinadora Sindical Obrera (COS, un sindicato de referencia del separatismo), o el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC).
El Pla de Xoc presentado el fin de semana está apoyado también por entidades como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), el Sindicat de Llogaters de Catalunya, el Sindicat d’Habitatge del Raval, el Sindicat de Barri del Poblesec, la CNT, la CGT, Aigua és Vida Girona, Elite Taxi, Observatori del Deute de la Globalització y la Plataforma Integral del Taxi, entre otras. De las organizaciones de fuera de Cataluña destacan la Asamblea Feminista de Madrid, el Sindicato de Inquilinas de Madrid, de Málaga y de Granada o el Movimiento Anarquista Ovejas Negras, también de Granada.
REIVINDICACIONES SOCIALES
El mismo sábado, el Sindicat de Llogaters, la CGT, la Intersindical, Elite Taxi y Riders x Derechos distribuyeron un cartel con los puntos más importantes del plan de choque, entre los que incluían la paralización de los desahucios y de todos los procedimientos judiciales que pueden conducir a un desalojo, así como la apertura de las plantas de hospitales públicos cerradas los últimos años debido a los recortes, detener todos los expedientes de regulación de empleo o el mantenimiento de la cobertura del 100% del salario de los trabajadores afectados por el virus o confinados y que las mutuas, y no la Seguridad Social, se hagan cargo del coste económico de la crisis.
En Cataluña, además de los 53 de Barcelona, hay 8 grupos en Lleida, siete en Tarragona y Hospitalet y otros diseminados por todo el territorio, desde Badalona a Santa Coloma de Gramenet, pasando por Cornellà, Girona, Sabadell, Terrassa, Sant Cugat o Vic. Fuera de Cataluña, destaca Madrid con 18 grupos, pero también hay grupos en otras ciudades, como Valencia, Zaragoza, Bilbao, Burgos, Valladolid, Tenerife, Sevilla, Castellón, Segovia, Vila-Real o Villarrobledo.