Los manteros están de vuelta a las calles de Barcelona. Eso sí, lo hacen sin medidas anti-Covid. Por ello, los vecinos, hartos de esta actividad ilegal, temen que el colectivo vaya ganando terreno aprovechando que toda la atención está puesta ahora en otros asuntos. Además, denuncian que, en la situación actual, no es un comercio seguro.
Este jueves, Crónica Global informa que, con la llegada de los primeros turistas, el top manta vuelve a estar presente en las zonas más céntricas de la ciudad y los barceloneses temen que este negocio ilegal gane terreno y se vuelva a descontrolar como en años anteriores. El último verano, las decisiones que tomó el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, contra los manteros, disiparon a los vendedores ambulantes. Por todo ello, el portavoz de Amics de la Rambla, Fermín Villar, desliza que “el top manta bajó en gran proporción” en 2019. Pero, desde hace unas pocas semanas, el colectivo vuelve a ocupar las aceras de la Ciudad Condal tras el encierro.
SITUACIONES DESAGRADABLES
Las fuentes consultadas por el citado medio catalán quieren evitar que, ahora que el consistorio que dirige Ada Colau tiene la mirada puesta en los asuntos relativos al Covid-19, se baje la guardia sobre el top manta y se pierda todo lo que se ha logrado hasta ahora. En esta línea, Héctor Guillermo, expresidente de comerciantes de Mercat de Colom, cree que “el verano pasado fue uno sin top manta, a diferencia de años anteriores”, cuando se sucedían a diario las “batallas” con los manteros con, incluso, “insultos y agresiones”.
Pero más allá de la actividad ilícita de estas personas, algunas voces consideran que el top manta se podría convertir en un foco de riesgo de contagio del coronavirus. De hecho, según Guillermo, “los manteros no siguen ningún tipo de protocolo de higiene y su negocio puede ser un medio muy factible para que se reproduzca el virus”. Un vecino afectado, Raúl Gil, añade que estos jóvenes “invaden el espacio público en grupos y la higiene brilla por su ausencia”.
Villar añade que, “aunque lo hagan con guantes o mascarillas, el top manta es una actividad ilegal; así que no importaría si siguiesen todas las medidas higiénicas, porque aún seguiría siendo ilegal”. De todas formas, es imposible que estos puntos de venta cumplan con las recomendaciones sanitarias que sí implantan los comercios legales, que siguen desde el primer día los criterios higiénicos.
NUEVOS MANTEROS
A pesar de todo, los empresarios de la capital catalana, que llevan años conviviendo con el top manta en la ciudad, aseguran que a los manteros de este verano no los habían visto nunca. Carlos Manresa, presidente de la zona de Palau de Mar, explica que “son nuevos y no respetan porque no conocen cómo funcionan las cosas”. A esto se suma Héctor Guillermo, que declara: “Estos manteros no son los habituales y no saben cómo estaba antes la ciudad, así que necesitan que alguna autoridad les diga que lo que hacen no puede llevarse a cabo”.
Una nueva oleada de top manta podría provocar que la situación entre los comerciantes y los manteros se vuelva tensa, como en años anteriores. Sobre este hecho, Fermín Villar opina que este colectivo “intenta volver a situarse en la ciudad y debemos estar atentos para que no cojan lugar de nuevo”.
CARGAN CONTRA COLAU
Asimismo, según Guillermo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es “la máxima culpable” de la situación actual de la ciudad con el top manta. Los vecinos expresan que en todo el mandato se podría haber hecho mucho más para acabar con esta venta ambulante ilegal, pero no se ha hecho.
Algunos vecinos de la zona definen a Ada Colau como una alcaldesa “muy permisiva” con el top manta y sin intención de eliminar esta actividad que llena puntos céntricos de Barcelona en la temporada del año cuando la ciudad acoge más turistas extranjeros. Héctor Guillermo lamenta que “cuando teníamos alguna disputa con los manteros, el Ayuntamiento nos decía que mirásemos hacia otro lado”.
Desde el consistorio se asegura que el problema del top manta en la actualidad “es mucho menor del que había el año pasado y no solo hablando de la zona centro, sino también de las playas o de otros sitios turísticos como el Park Güell”. El gobierno municipal asegura que “si la Guardia Urbana se encuentra con algún vendedor ambulante, se le sanciona por estar realizando una actividad no permitida en Barcelona”.