Dos bajos okupados en menos de dos semanas. Este es el alarmante panorama con el que se han encontrado los vecinos de los números 175 y 177 de la avenida de la Mare de Déu de Montserrat, del Guinardó, a la llegada de sus vacaciones.

Algunos de los habitantes de la zona hace tiempo que vaticinaban lo que iba a suceder. Joan (nombre ficticio por miedo a represalias), vecino de la finca afectada, explica a Metrópoli Abierta que hace días detectaron como un grupo de personas vigilaba la entrada y salida del edificio desde una de las terrazas de la calle.

ENTRADAS A LA FUERZA EN PLENA MADRUGADA

"Entre el 1 y el 2 de agosto se produjo la primera okupación y la semana pasada okuparon el bajo colindante", asegura el vecino. “A las tantas de la noche se empezaron a escuchar golpes. Los okupas reventaron la puerta con mazos, a lo bestia”, relata a este diario. 

"Los pisos son del banco, por lo que están protegidos con alarmas. Saltó una y los vecinos, preocupados, salieron de sus casas para ver qué estaba sucediendo, entonces los okupas se marcharon corriendo. A la mañana siguiente se metieron dentro varias personas, y ahí siguen", explica Joan, que vive en uno de los pisos del inmueble desde hace más de un año. 

Cerradura forzada de uno de los bajos okupados del edificio del Guinardó / V.M.



Cerradura forzada de uno de los bajos okupados del edificio del Guinardó / V.M.

PREOCUPACIÓN GENERAL

Los okupas han conseguido instalarse en los hogares: "algunos vecinos nos han asegurado que les han cortado el agua. La madrugada pasada había una pequeña inundación por lo que ya estarían intentando hacer empalmes para vivir", confirma el arrendatario. 

Marta, otra vecina –también con nombre ficticio–, propietaria de un piso del edificio, confiesa estar "muy preocupada por lo que pueda ocurrir". Pese a tener alquilada su propiedad a unas personas de confianza, teme que en un momento u otro puedan okupar su piso y perder sus derechos. La arrendadora ha confirmado a Metrópoli Abierta que la comunicación con la finca está siendo complicada y que está intranquila al no poder hacer nada al respecto. 

ACTÚAN DE FORMA INTIMIDATORIA

Segúns señalan los vecinos, los okupas estarían actuando de forma intimidatoria con los habitantes del inmueble. El edificio está habitado por muchas personas mayores que estarían siendo amedrentadas por los delincuentes. "Piden las llaves de la portería a los vecinos para hacer copias y si no se las dan se rebotan", explican inquietos. 

La rapidez con la que actúan los inquilinos ilegales ha propiciado un clima de inseguridad y preocupación general entre de este edificio del Guinardó. Algunos especulan que podría tratarse de una mafia y temen que el bloque termine convirtiéndose en una casa okupa, como muchos otros de la capital catalana.

Puerta de uno de los bajos okupados del edificio del Guinardó / V.M.



Puerta de uno de los bajos okupados del edificio del Guinardó / V.M.

LA OCUPACIÓN ILEGAL, UN PROBLEMA ENQUISTADO EN BARCELONA

La provincia de Barcelona acumula 18.850 denuncias de ocupaciones ilegales de inmuebles entre 2013 y 2019, el peor dato de toda España. La recuperación de los edificios okupados supone un infierno para los pequeños propietarios. La okupación se ha convertido en un negocio ilegal gestionado por tramas mafiosas que viven a costa de familias necesitadas a las que engañan ofreciéndoles ocupar viviendas a cambio de dinero. También existe el fenómeno de las okupaciones que esconden finalidades delictivas como es el caso de los narcopisos, que provocan inseguridad en los barrios de Barcelona.

El pasado 15 de julio, el partido Barcelona pel Canvi propuso instar al gobierno municipal a adoptar un posicionamiento claro y contundente contra la ocupación ilegal de inmuebles y a elaborar un plan integral de prevención de la ocupación ilegal y de soporte a los propietarios y vecinos afectados.

UN DEBATE INTRASCENDENTE PARA EL AYUNTAMIENTO

Los representantes de Esquerra Republicana en el consistorio barcelonés se posicionaron en contra de la propuesta del partido de Manuel Valls afirmando que les parecían acertadas las "ocupaciones reivindicativas". Defendieron que por eso mismo no podía haber un único posicionamiento en torno a la ocupación ilegal. 

Durante la comisión, Albert Batlle, teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, suscribió la intervención de ERC y afirmó que el debate no es importante en estos momentos. En el gobierno municipal también hay otras figuras que apoyan la ocupación ilegal como Janet Sanz, que se posicionó a favor de la ocupación de la casa Buenos Aires de Vallvidrera, pese a que tiene una orden judicial vigente de desalojo.

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