La Sagrada Família y la Casa Batlló, unidas por una huelga indefinida
Los monumentos de Gaudí arrastran conflictos laborales por la política de externalización de empleados
9 octubre, 2020 00:00Noticias relacionadas
El personal de atención al visitante de la Sagrada Família está en huelga desde el pasado 26 de septiembre. Venían denunciando abusos laborales de MagmaCultura, la empresa por la que están subcontratados. Este jueves se reúnen con la dirección, que hasta ahora se negaba a mediar, según explica el sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT). Mientras tanto, en la Casa Batlló comienza una huelga por motivos similares convocada por la Sección Sindical de SUT en la empresa Staffpremium.
UN CONFLICTO QUE VIENE DE LEJOS
El problema trae cola. En los últimos años ha habido en Barcelona una serie de huelgas protagonizadas por las plantillas de museos y centros culturales que se han organizado creando secciones sindicales de SUT en las principales empresas del sector: Manpower, Magmacultura, Transversal FCLP, Expertus, etc. La última fue en La Pedrera (Transversal FCLP) este mes de agosto.
Los comités de huelga denuncian que las empresas no respetan el convenio de ocio. “Los trabajadores no tienen el calendario anual para saber su jornada, se hacen modificaciones de jornada fraudulentas de forma constante, se usan contratos temporales fraudulentos en vez de contratos indefinidos y no se compensan los festivos como toca”, explican fuentes sindicales a este medio.
SAGRADA FAMÍLIA
En el caso de la Sagrada Família, la gota que ha colmado el vaso ha sido que, tras la reapertura del templo después del confinamiento, se ha desafectado del ERTE a una parte muy reducida de la plantilla. Según apunta la sección sindical, esto ha generado un aumento de la carga de trabajo para el personal desafectado.
“La plantilla actual en activo es de 22 trabajadores en total cuando normalmente son alrededor de 200 entre todos los turnos y servicios”, apuntan. A modo de ejemplo, explican que el fin de semana del 18 al 20 de septiembre solo había seis empleados para informar, guiar y conducir a 1.000 visitantes por hora. Antes de la pandemia eran una treintena para 1.500 visitantes por hora, afirman.
Los trabajadores en huelga también hacen hincapié en otro aspecto. Parte de la plantilla sacada del ERTE se ha reubicado en otros equipamientos culturales. No obstante, según fuentes sindicales, se ha hecho descendiendo de categoría a los empleados. Estos han pasado de informadores a controladores de sala, hecho que implica que cobren 2.000 euros anuales menos.
Por su parte, la dirección de MagmaCultura señala que "las reclamaciones del sindicato no se ajustan a la realidad". Por un lado, explica que el número de informadores se adapta “proporcionalmente al número de visitantes reales”. Al reducirse los visitantes por la pandemia, se ha disminuido también el número de empleados. Por otro lado, afirman que “en los casos que existe un cambio de categoría, esta modificación ha sido consultada y aceptada previamente”. En la misma línea, la dirección dice ser “víctima de una campaña de difamación por parte del sindicato convocante que pretende dar una imagen falsa donde no se respetan las normas básicas de contratación”.
CASA BATLLÓ
En la Casa Batlló el panorama es similar. En este caso lo que más indigna a los trabajadores es que se les aplique el convenio de azafatas y promotores de venta en vez del de ocio educativo sociocultural. Los empleados sostienen que ello implica un salario inferior por las tareas realizadas.
De igual manera, aseguran que tras el confinamiento se ha rebajado la jornada y el salario de forma "unilateral" al personal desafectado por el ERTE. Además, destacan que solo dos de los 40 trabajadores en plantilla tienen un contrato indefinido.
En este contexto, la Casa Batlló sale en defensa de la empresa subcontratada. Fuentes del equipamiento han explicado a Metrópoli Abierta que apoyan a este tipo de empresas de trabajo temporal porque les permiten “flexibilidad”. En ese sentido, comentan que a menudo son una oportunidad para jóvenes en edad de formación, que de esta forma pueden tener su primer contacto laboral.