El Arzobispado de Barcelona ha salido este domingo en defensa de la masiva misa, con más de 550 personas, que se celebró este sábado en la Sagrada Família. Fuentes del Arzobispado han informado a Europa Press que tanto el Ayuntamiento como la Generalitat "eran conocedoras" del acto, la beatificación de Joan Roig, asesinado en Santa Coloma de Gramenet en 1936.
Fuentes del Arzobispado dicen que al acto acudieron el comisionado de Diálogo Intercultural y Pluralismo Religioso, Khalid Ghali, y el director general de Derecho y Entidades Jurídicas, Xavier Bernadí, en representación de ambas administraciones, y el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle.
CONTRADICCIONES MUNICIPALES
"Cuando celebramos un acto invitamos a todo el mundo. Todo esto se sabía. Sabían qué se hacia en la Sagrada Familia", han detallado las mismas fuentes. En una entrevista en Rac 1, el concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Marc Serra, se ha contradecido. Primero ha dicho que el consistorio no sabía que se celebraría la misa. Posteriormente, cuando se le ha preguntado por la asistencia de Batlle, ha precisado que lo que desconocían era las características de la economía.
AFORO
El Arzobispado ha asegurado que se respetó el límite de asistencia, porque el 30% del aforo de la Sagrada Familia es cerca de 900 personas, y estaba previsto que acudieran 800. Unas 200 no pudieron hacerlo debido al cierre perimetral de la ciudad.
El acto estaba autorizado. De hecho, el estado de alarma decretado por el Gobierno español no prohíbe las celebraciones religiosas sino que solo reduce los aforos. A la misa asistieron más de 550 personas y en todo momento se guardó la distancia de seguridad y los asistentes hicieron uso de la mascarilla. La Generalitat ha abierto una investigación, pero autorizó el evento.
Al respecto, al Arzobispado "no le consta que haya llegado", ningún expediente para revisar si se cumplieron todas las medidas sanitarias y restricciones de movilidad en el acto y en su organización.