Las cuidadoras domiciliarias municipales están hartas de que se externalicen sus servicios y piensan manifestarse para denunciarlo. Agrupadas en el recién creado sindicato S.A.D Cuidadoras Profesionales Municipales, el próximo sábado 21 de noviembre llevarán a cabo una protesta descentralizada en distintos municipios catalanes, incluido Barcelona.

Pancarta que reclama derechos para las cuidadoras domiciliarias municipales / SAD



Hace años que trabajan en unas condiciones deplorables, bajo su parecer, muy ligadas a la externalización de sus servicios. Pero el detonante de la protesta es muy concreto: la adjudicación de la mitad de la atención domiciliaria de Barcelona a la filial de una empresa que está en el punto de mira por dos motivos ha sido la gota que colma el vaso. Se trata de Servisar, filial del grupo DomusVi, que tiene la matriz en un paraíso fiscal y está investigada por presuntos malos tratos a mayores.

UN SERVICIO ESENCIAL

Pilar Nogués, presidenta del sindicato S.A.D de Cuidadoras Profesionales Municipales, explica a Metrópoli Abierta que el sindicato ha nacido para erradicar esta problemática.

“Estamos aquí para acabar con la cesión ilegal de trabajadoras que están haciendo los ayuntamientos, porque no pueden externalizar un servicio esencial a una empresa privada”, afirma. En la misma línea, sostiene que la asistencia domiciliaria es un derecho, y que dejarla en manos de empresas que buscan lucrarse empeora el servicio y las condiciones laborales. “Son empresas que se dedican a los beneficios y les dan igual tanto los usuarios como las trabajadoras”, apunta molesta, y añade que “hay que acabar con la mercantilización de las personas”.

CONDICIONES LABORALES CUESTIONABLES

Muchas de estas empleadas trabajan 29 horas semanales a jornada partida, por lo que les resulta incompatible combinarlas con otro trabajo, pero la mayoría no pasan de los 600 euros al mes.

“El convenio colectivo es precario y aún así no se cumple”, detalla Nogués, que hace responsable de ello al Ayuntamiento. En ese sentido, lamenta que el consistorio tenga que gastarse dinero público en contratar a terceras empresas encargadas de controlar que entidades como Servisar cumplan el pliego de condiciones.

Un servicio de atención domiciliaria en Barcelona / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA



Según el sindicato, la externalización de sus servicios ha incrementado el coste a las administraciones y los usuarios, aumentando año tras año el precio de la hora de la prestación. A día de hoy, las adjudicatarias ingresan 18 euros del consistorio por cada trabajadora y hora realizada. En cambio, las cuidadoras cobran menos de siete euros la hora. El convenio marca un incremento salarial progresivo. Sin embargo, aún no han visto reflejado en sus nóminas el aumento del 1% que se les prometió para el 2019. Un aumento que, por otro lado, consideran insuficiente.

SITUACIÓN AGRAVADA POR LA COVID

Pero las deficiencias van más allá, y se han agravado con la pandemia. Las trabajadoras se quejan de que han estado expuestas a posibles contagios de Covid-19 por falta de recursos y mala gestión. Denuncian que los Equipos de Protección Individual con los que cuentan son insuficientes y de mala calidad. Asimismo, explican que no se ha establecido un protocolo específico y adecuado para el contexto actual. “La Covid es la excusa perfecta para acabar de precarizarnos”, señala la portavoz del sindicato.

Pero no piensan dejar que eso ocurra. Organizadas mediante este sindicato propio que nació a mediados de octubre, no dejarán de reclamar sus derechos.

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