El cuerpo de Bombers de Barcelona está quemado. Llevan años reclamando la reubicación del antiguo parque de l’Eixample, entre otros puntos del Plan Director que no se cumplen. Se sienten olvidados por la dirección del cuerpo y el gobierno municipal, y han decidido plantarse.
TRES MEDIDAS DE PRESIÓN
En este contexto, los sindicatos mayoritarios del cuerpo, CCOO, UGT y Intersindical-CSC han anunciado tres medidas de presión. La primera es cubrir solamente servicios ordinarios de la guardia, paralizando cualquier otra actividad que no sea la de prestar servicio operativo, incluyendo la formación. La segunda la llevarán a cabo a partir del 1 de diciembre y consiste en no hacer guardias extras para cubrir la falta de personal. La tercera es la creación de una caja de resistencia; en cada cantina se recogerán 10 euros por persona para cualquier posible necesidad.
Oriol Salvador, portavoz de CCOO de Bombers de Barcelona, explica a Metrópoli Abierta que no se plantean una huelga como tal porque el decreto de mínimos sería equivalente al total de la plantilla.
No obstante, afirma que están en pie de guerra porque la administración no cumple los pactos firmados con los trabajadores y el modelo de bomberos hace aguas. “Todos los proyectos de futuro que hay previstos no se están llevando a cabo, empezando por el Plan Director, donde se marcan las líneas estratégicas hasta el 2025”, lamenta.
PLAN DIRECTOR
Precisamente, uno de los puntos que no cumple el plan es el número de empleados que debería tener el cuerpo. “Con la última tongada de personal que se incorporará estaremos a punto de llegar a lo que está establecido, pero no llegaremos. Seremos alrededor de 500 personas y está establecido que tenemos que ser unas 560”, señala el portavoz de CCOO.
El Ayuntamiento de Barcelona, por su parte, afirma que se van ejecutando temas del Plan Director y que, además, se está revisando para adaptarlo a las nuevas necesidades. Entre estas adaptaciones se encuentra la modificación de los procesos para entrar en el cuerpo, que hasta hace poco dificultaban mucho el acceso de mujeres.
Los sindicatos, en cambio, tienen claro que aún queda mucho por hacer. A modo de ejemplo, Oriol Salvador explica que cada parque debería contar con una ambulancia, pero no es así. Del mismo modo, señala que el plan establece que los bomberos deben estar especializados en ciertos trabajos como el rescate urbano o el riesgo químico, y tampoco ocurre.
EL PARQUE DE L’EIXAMPLE
Entre estos puntos que nunca se acaban de llevar a la práctica se encuentra una reivindicación histórica. La reubicación definitiva del parque de bomberos de l’Eixample.
En 2010 el parque fue derruido para acoger una ampliación del Hospital Clínic que nunca se ha llegado a construir, con la promesa de que se edificaría uno nuevo en otro solar pasados tres años. Han pasado diez y el equipamiento sigue estando en un edificio prefabricado y supuestamente provisional del parque Joan Miró, que, además, cuenta con una sentencia de demolición pendiente de ejecución.
En este contexto, el consistorio se excusa diciendo que este en un tema que depende de la Generalitat. En ese sentido, fuentes del Ayuntamiento señalan que hasta que no se construya el nuevo parque, no se derruirá el provisional, porque se dejaría sin parque de bomberos a esta zona de la ciudad.
SALA CONJUNTA DE EMERGENCIAS
Pero este no es el único equipamiento inadecuado. Los bomberos también reclaman la reubicación de la sala conjunta de gestión de emergencias. Según afirman se encuentra en un espacio insalubre, un sótano con humedades que también debía ser provisional. “Un número elevado del personal que ha trabajado en este espacio tiene cáncer. No se ha podido demostrar que sea por las malas condiciones del lugar, pero tampoco se ha podido descartar”, señala el portavoz de CCOO.
En este caso, sin embargo, parece que tanto el Ayuntamiento como la Generalitat ya están buscando un lugar donde reubicarlo. Al menos eso aseguran.
PREVENIR LA EXPOSICIÓN TÓXICA
Prevenir los niveles de toxicidad a los que se ve expuesto el cuerpo es otra de las reclamaciones de los sindicatos. Algunos estudios estiman que los bomberos tienen una esperanza de vida ocho años menor que el resto de la población y que tienen más opciones de padecer cáncer.
Tras un incendio sus equipos de protección quedan contaminados por partículas tóxicas, y si no se desinfectan, van pasando a su organismo cada vez que los usan.
Bombers de Barcelona cuenta con sistemas que sirven para prevenir la exposición a los tóxicos una vez finalizan sus labores de rescate. Sin embargo, estos sistemas de prevención no están debidamente protocolizados.
“Hace falta un procedimiento que especifique todo lo que tiene que hacer un bombero cuando sale de un incendio con tal de desinfectarse y evitar que las partículas tóxicas lleguen al parque de bomberos”, señala el portavoz de CCOO. En ese sentido, añade que “la administración no solo debería establecer un protocolo, sino que debería ser la encargada de concienciar a los trabajadores de los peligros de esta exposición”.
Sin embargo, los bomberos tienen la sensación de que el consistorio mira hacia otro lado, y de que siempre que logran alguna mejora, es gracias a la lucha sindical. Por ello, en las próximas semanas aumentarán la presión hacia el Gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni.