Largas colas en el Primark de la plaza de Catalunya a primera hora de la mañana de este lunes, 16 de noviembre. Decenas de personas se concentran en las inmediaciones del establecimiento de la cadena irlandesa de ropa y complementos low cost antes de su apertura.
Tal y como se puede ver en las fotografías realizadas por Metrópoli Abierta, los clientes respetan el horario comercial y esperan su turno entre las vallas y cintas repartidas por la calle y puestas específicamente por la organización de la tienda.
RESTRICCIONES EN LOS COMERCIOS
Concretamente, en el local del centro de Barcelona, las colas dan la vuelta a la calle y un responsable controla que los clientes entren ordenadamente y respeten la distancia de seguridad entre ellos. Aunque, en algunos casos, no sea así.
Esta situación se produce dentro del contexto de las restricciones por coronavirus en Barcelona y los demás municipios de Cataluña. Los comercios no pueden abrir al 100% de su aforo, por lo que, los empleados deben controlar el número de personas que entran y salen para cumplir con la normativa sanitaria impuesta por el Govern de la Generalitat.
ERTE
La aglomeración de gente se produce a pocos días de que se celebre uno de los eventos comerciales más conocidos: el Black Friday. Durante el fin de semana del 27, 28 y 29 de noviembre, los comercios rebajan de forma considerable sus precios para incentivar el consumo en el marco de la campaña de Navidad. Primark, que pertenece al grupo Associated British Foods, se adherirá a esta iniciativa en Barcelona y pondrá sus productos a precios de risa.
A pesar de que las próximas fechas comerciales se prevén más fructíferas que las actuales, la cadena irlandesa de moda comunicó hace una semana a los sindicatos su intención de negociar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por las nuevas restricciones impuestas por las administraciones.
La firma low cost alegó que presentaba el expediente por causas organizativas, económicas, técnicas y de producción.
DISTURBIOS
Hace unas semanas, el local situado entre la plaza de Catalunya y La Rambla de Barcelona, tapió sus escaparates y su entrada principal debido a los graves disturbios que tuvieron lugar en la zona.