Una lona azul protege la intimidad del asentamiento chabolista. También separa dos mundos. A pocos metros del puente de Vallcarca, un grupo de personas de origen rumano viven en barracas cubiertas por plásticos. Son, al menos, tres personas, según relatan ellos mismos. Viven de la chatarra y no confían en ninguna ayuda que pueda llegar del Ayuntamiento. "No dan para comer. Preferimos recoger chatarra", suelta una mujer en la puerta de este nuevo punto del barraquismo barcelonés, en el barrio de Vallcarca i Penitents.
Las chabolas se ubican en un solar municipal pegado a La Fusteria, un edificio okupado que acoge reuniones del Sindicat d'Habitatge de Vallcarca. A la izquierda de este viejo inmueble descansa otro campamento de barracas levantado hace unos tres años. Con la llegada de los nuevos inquilinos, el fenómeno barraquista del distrito de Gràcia gana terreno.
ECONOMÍA DE CHATARRA
"Esto se debería solventar. Esta no es forma de vivir y cada vez vivirán peor", comentan desde la Federació de Barris, que aglutina entidades vecinales y de comerciantes de la zona y que denunció el asentamiento a la policía y al Ayuntamiento. "No provocan conflictos, aunque las casas de los alrededores tienen un panorama de miedo", señalan.
Un joven que ronda la veintena sale y entra al campamento con un carro en busca de chatarra. Es su sustento. También del resto de personas que viven en el interior. La misma mujer explica que los okupas de La Fustería les dan comida. "La gente ha visto que no cometemos delitos. No nos metemos en problemas", afirma. Fuentes de la Federació de Barris aseguran que en el primer asentamiento viven menores de edad.
'UN MAL ENDÉMICO'
Jordi Bea, consejero del distrito de Gràcia por Ciutadans, denuncia "un mal endémico" que equipara con las okupaciones que en los últimos años se han extendido por Vallcarca. Algunas de éstas han finalizado durante los últimos dos años tras la actuación de la justicia. Es el caso del número 51 de la calle Esteve Terrades. La mala salubridad, fruto de la chatarra acumulada, generó la presencia escarabajos y ratones, explica el político. "Como ya no hay más bajos que okupar, ahora hacen barracas", expone Bea, que habitualmente denuncia las okupaciones en el pleno del distrito.
Los solares donde se encuentran los dos campamentos de barracas forman parte de la Modificació del Pla General Metropolità (MMPGM). Contempla la construcción de viviendas dotacionales, de cooperativas y sociales, votado y aprobado desde finales del mandato anterior.
70 ASENTAMIENTOS
Bea advierte del riesgo que conllevan estos asentamientos donde se acumula material de todo tipo. Este martes, se registró un incendio en un local okupado del Poblenou. No se lamentaron heridos y las personas que había en el interior salieron corriendo al percatarse del fuego. En diciembre de 2020, después de la tragedia en una nave okupada en Badalona, el Ayuntamiento de Barcelona cifró los chabolistas de la ciudad en 400 personas que viven en 70 asentamientos.