Los bares y restaurantes no pueden más. Después de un año de fuerte impacto económico por la medidas anti-covid, la hostelería continúa viviendo con preocupación el peso de las restricciones en su sector. Y es que a pesar de que desde principios de marzo pueden hacer un horario ininterrumpido hasta las 17h de la tade, el anuncio de la Generalitat de que la reapertura noctura se retrasa hasta abril les ha supuesto un nuevo mazado porque pierden la posibilidad de servir cenas durante las vacaciones de Semana Santa.
Con todo, la gota que ha hecho colmar el vaso ha sido la clausura del histórico restaurante Cal Pinxo de La Barceloneta. Este sábado se supo que los dueños no pueden soportar más las restricciones y tiene que bajar la persiana. Una muy mala noticia que llega apenas unos días después del cierre de otro local emblemático. En este caso, el Senyor Parellada del Born. Es pot todo esto que el Gremi de Restauració ha estallado públicamente contra la Generalitat y el Ayuntamiento en sus redes sociales. "Esta es la consecuencia de la estrategia del Govern. Barcelona y su restauración se desangran, y parece que a ningún político le importe. No podemos seguir así", escriben en la red social del pajarito.
Unas críticas dirigidas también a la alcaldesa, Ada Colau, y al primer teniente de alcaldía, el socialista Jaume Collboni. "Ayudadnos, por favor. Necesitamos diseñar nuevas actuaciones para frenar el drama que sufre la restauración. Tenemos que seguir remando juntos, tal y como hemos hecho desde el inicio de la pandemia. Se nos acaba el oxígeno", han implorado.
PIDEN MEDIDAS
Roger Pallarols, director del Gremi, se refirió a la dramática situación del sector el pasado jueves, cuando acusó a la Generalitat de "desertar de sus responsabilidades" en la gestión de la crisis y reclamó nuevas medidas que ayuden a la hostelería a subsistir.
Algo que la restauración lleva meses planteando. Entre las medidas compensatorias que ha reclamado hasta ahora el sector está el reparto equitativo de ayudas y el relajamiento de algunos tributos como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que han seguido pagando a pesar de los meses de cierre.