Seis jóvenes homosexuales fueron víctimas de agresiones homófobas durante el último fin de semana en Barcelona. En poco más de 12 horas, tres situaciones muy violentas tuvieron lugar a punta y punta de la ciudad. A las 07:00 horas, un chico recibió una fuerte patada en una mano, después de haber sido increpado verbalmente por un grupo de hombres cuando paseaba por la plaza Lesseps. Más tarde, alrededor de las 21:00 horas, varios desconocidos rompieron la nariz a otro muchacho en las inmediaciones del Auditori. Y pasadas las 22:00 horas, cinco energúmenos extremadamente agresivos apalearon a cuatro jóvenes gays en la playa del Somorrostro. Uno de ellos fue operado el domingo en el Hospital Vall d’Hebron de una rotura de mandíbula.
Una “espiral de violencia contra el colectivo LGTBI” denunciada por Eugeni Rodríguez, presidente del Observatori contra l’Homofòbia, antes de la reunión del lunes con Marc Serra, concejal de Drets de Ciutadania i Participació. Tras el encuentro en el Ayuntamiento, Serra quiso mandar un mensaje de “tranquilidad” a las víctimas y a todos los barceloneses, aseguró que el consistorio hará “lo imposible” para identificar a los autores de las agresiones y garantizó que “no habrá impunidad”. Explicó también que en Barcelona se han contabilizado 28 incidentes homófobos en lo que va de año, datos muy similares a los de 2020 en estas mismas fechas.
Durante el pasado año, el Observatori contra l’Homofòbia cuantificó en 77 el total de agresiones homófobas en la ciudad de Barcelona. Una cifra similar a la de 2019, cuando registró 73. Aunque en los últimos dos años la tendencia se mantiene, fue precisamente en 2019 cuando los ataques a personas del colectivo LGTBI se dispararon en la capital respecto a los años anteriores. En verano de aquel año, la entidad ya alertó de un aumento del 69% respecto al mismo periodo de 2018: 44 agresiones de enero a julio, frente a las 30 del año anterior, que a su vez ya había crecido un 15% respecto a los mismos meses de 2017, cuando se registraron 26. Por tanto, a pesar de mostrar una cierta estabilidad respecto al 2020, las cifras de 2021 son elevadísimas si se comparan con la situación de hace apenas cuatro años.
¿DÓNDE OCURREN LOS ATAQUES?
El incremento de agresiones homófobas en Barcelona fue tal, a partir de 2019, que el Observatori contra l’Homofòbia decidió, aquel mismo año, confeccionar un mapa de la ciudad sobre el que se podía ver en qué zonas se daba el mayor número de incidentes. De los 73 ataques contra el colectivo LGTBI, la mayoría ocurrieron en El Eixample (18), Sants-Montjuïc (17) y Ciutat Vella (16). En menor medida hubo también incidentes en el resto de distritos: Sant Martí (5), Sarrià-Sant Gervasi (3), Sant Andreu (3), Gràcia (3), Horta-Guinardó (2) y Nou Barris (1). No hay datos sobre la localización de otras cinco agresiones y no consta ninguna en Les Corts.
Además, la entidad ha determinado que la mayoría de las agresiones se dan en la vía pública. De hecho, en el informe de 2019, el año del gran incremento de incidentes homófobos, 26 de los 73 ataques se dieron en la calle, principalmente en el centro de la ciudad. Otras cinco agresiones ocurrieron en el transporte público y seis más en locales de ocio nocturno, en ambos casos mayoritariamente en el centro (y cuando se trata de bares y discotecas, en fin de semana). Finalmente, únicamente cuatro de las agresiones se registraron en el domicilio. En estos últimos casos, de forma repartida por el casco urbano (una en Ciutat Vella, otra en Gràcia, otra más en Sarrià-Sant Gervasi y la última en Nou Barris).
MÁS VISIBILIDAD
Desde el Observatori contra l’Homofòbia, Eugeni Rodríguez señala de nuevo para Metrópoli que el 2019 fue el año que marcó un punto de inflexión, con el mayor número de agresiones después de la aprobación de Ley 11/2014, para garantizar los derechos de las personas LGTBI, y tras un leve descenso previo a 2017. Reitera que desde entonces la cifra de denuncias presentadas a la entidad se ha estabilizado en Barcelona.
Explica también que el incremento de las denuncias no va siempre ligado a un aumento de las agresiones, sino a una mejora en las vías administrativas que facilita a las víctimas interponer una demanda. Es decir, que ahora se denuncia más que antes. Afirma igualmente que el trabajo de entidades como la que él mismo dirige, o como el Centre LGTBI y la Oficina per la No Discriminació, así como el protocolo contra la LGTBIfobia del Ayuntamiento, han ayudado a visibilizar este problema.
Sobre las seis agresiones del fin de semana, Rodríguez afirma a este diario que “no se trata de un caso aislado pero sí excepcional”. A pesar de que es tristemente habitual que se produzcan ataques homófobos en la ciudad, remarca que no lo es que ocurran en un mismo día, con tan pocas horas de diferencia y tanta agresividad, especialmente en el caso del asalto en el Somorrostro.
Del mismo modo, recuerda que durante el confinamiento las agresiones se trasladaron “de la calle, el transporte y las discotecas a la puerta de casa”. Algo que demuestra que se trata de una “violencia estructural” porque los agresores atacan a las víctimas ahí donde se dejan ver. Es por esto que, con las restricciones a la movilidad debido a la pandemia del Covid-19, aumentó el número de incidentes cerca del domicilio.
LA MAYORÍA DE AGRESORES, "JÓVENES DE ENTRE 16 Y 20 AÑOS"
El perfil de los atacantes también es un aspecto que merece la pena destacar. A pesar de que las agresiones del sábado las cometieron supuestamente hombres de alrededor de 30 años o más, el presidente del Observatori contra l’Homofòbia detalla que en la mayoría de los casos los autores son chicos muy jóvenes, “de entre 16 y 20 años que suelen ir en grupo” y agreden a personas LGTBI porque creen que así demuestran su hombría. “Es un rollo testosterónico muy alarmante”, lamenta.
“Los chicos están muy expuestos al discurso de la ultraderecha, que está legitimado con su entrada a las instituciones. Tienen un altavoz que antes no tenían, y los jóvenes se impregnan de la ideología ultra”, explica. Para atajar esta situación, Rodríguez cuenta a Metrópoli que la entidad da charlas y formaciones: “Es una de nuestras prioridades porque se ha demostrado que no se está haciendo bien el trabajo en los colegios”. Una asignatura pendiente que empieza a ser imprescindible para terminar con la lacra de las expresiones de odio hacia cualquier persona por su orientación sexual.