La nueva recogida de basuras va camino de convertirse en una piedra muy incómoda en el talón del gobierno de Ada Colau. Al descontento vecinal, se suman ahora las críticas generalizadas de la oposición. Eloi Badia, edil de Emergencia Climática y Transición Ecológica, es uno de los máximos responsables políticos de la iniciativa, un fracaso en mayúsculas. Para la presidenta de Ciutadans, Mariluz Guilarte, Badia es el concejal de las chapuzas. El resto de grupos habla de imposición, intromisión y de falta de pedagogía. El nuevo sistema, que se ha empezado a implantar en Sant Andreu y se extenderá a toda Barcelona, elimina los contenedores tradicionales y los vecinos están obligados a dejar la basura en espacios y días concretos, y en recipientes homologados o bolsas reciclables. Si el consistorio considera que el reciclaje se ha hecho mal, no se lleva la basura. A la larga llegarán las sanciones.
Guilarte dice que el puerta a puerta "resume la política de imposición, improvisación y nula empatía de Colau y PSC con los barceloneses. No se puede obligar a utilizar un nuevo sistema de recogida de residuos que implica cambios profundos de hábitos culturales, sin explicarlo y sin dialogar con los afectados. En apenas unos días, los vecinos han mostrado su rechazo rotundo ante las dificultades y deficiencias que están teniendo. Las bolsas de basuras y los olores se han convertido en parte del paisaje urbano porque no se recogen. Por otro lado, las personas mayores y con movilidad reducida se han visto afectadas por los estrictos horarios de recogida. Estamos ante otro desastre más en la larga lista de Badia, el regidor de las chapuzas".
"EL SISTEMA 'PUERTA A PUERTA' NO SIRVE PARA UNA CIUDAD"
La regidora de Ciutadans sostiene que la nueva imposición lo único que busca es penalizar y multar a los ciudadanos. "No es nuevo este afán recaudatorio de Colau y PSC. Ya lo hemos visto con la tasa Badia de residuos ligada al consumo del agua, que no premia el reciclaje sino que lo único que busca es atacar el bolsillo de los barceloneses", argumenta. El grupo naranja pide la retirada y paralización inmediata del nuevo sistema. "Deben mantener el sistema tradicional de recogida mientras se realiza un período de transición y se mejoran todas las deficiencias antes de volver a implementarlo.
Según Guilarte, Ciutadans está a favor de la sostenibilidad mejorando el reciclaje y la recogida de residuos para cumplir con los objetivos de la Unión Europea, que obligaba a llegar al 50% en 2020 y al 55% en 2025. "Para alcanzar esos ratios europeos –Barcelona apenas llega al 40%– debe motivarse y concienciar a la ciudadanía. Debe crearse cultura y no multar por la directa como hacen Colau y el PSC. El sistema puerta a puerta no sirve para aplicarlo en toda la ciudad, sino en zonas específicas. Existen otras alternativas más adecuadas para la densidad de población y residuos generados en la ciudad. Desde Ciutadans también mostramos nuestra preocupación por la instalación del chip en las bolsas, que invade la privacidad y podría recurrirse".
A LAS PUERTAS DEL VERANO, NO ES UN BUEN MOMENTO
En el polo opuesto del partido naranja, ERC sostiene que reciclar bien parece fácil, "pero no siempre es así para todo el mundo". Los republicanos se preguntan si ahora era un buen momento para poner en marcha un nuevo sistema de recogida, "a las puertas del verano, antes de las vacaciones, en plena desescalada y con la contrata de recogida en tiempo de descuento", dice el concejal Max Zañartu.
"Creemos que el factor de la oportunidad no se ha valorado correctamente". En la próxima comisión de Ecología y Urbanismo, que se celebrará a mediados de mes, los republicanos preguntarán qué modificaciones introducirá el gobierno para adaptar el puerta a puerta a la verdadera realidad del vecindario. Zañartu exige al gobierno municipal más "mano izquierda, comunicación, participación y empatía". "Si la prueba piloto sale mal, habremos quemado otra vez una buena idea. Del éxito del sistema en Sant Andreu depende su expansión a otros barrios. No nos la juguemos".
CERCA DE 5.500 HOGARES
Actualmente, el puerta a puerta llega a 5.475 hogares. Con la segunda fase, que se implantará el 18 de octubre, alcanzará más de 11.000 viviendas y un millar de actividades comerciales, un total de 28.000 vecinos. Hay vecinos que aducen falta de información, mientras que el Ayuntamiento asegura que se han hecho 555 reuniones con comunidades de vecinos y 931 contactos con actividades económicas de la zona. Otras de las quejas son horarios muy reducidos, desorden en el espacio público que impide la autonomía de las personas ciegas y una recogida nocturna y ruidosa, enumera la consejera de JuntsxCat Mena Gadea.
En cambio, el Ayuntamiento defiende el sistema y asegura que durante la primera semana de funcionamiento del puerta a puerta, la recogida selectiva ha aumentado del 37% al 65%. Según el Ayuntamiento, ahora Sant Andreu del Palomar es el barrio que más recicla de toda la ciudad, y el porcentaje de gente que participa en el sistema asciende al 73% [ver aquí la nota de prensa municipal].
IMPOSICIÓN PARA EL PP
En el PP, el presidente del grupo municipal Josep Bou ve el sistema de recogida como una imposición. No ha habido ningún tipo de consulta con los vecinos, que ya han dicho que no quieren la puerta a puerta. Falta mucha información, los cubos que han dado son muy pequeños y el proceso no ha sido progresivo. El resultado ya lo hemos visto: crispación, basuras tiradas por la calle e intranquilidad en los vecinos de otros barrios donde se impondrá este sistema", afirma el edil popular.
Desde las filas de Barcelona pel Canvi, la regidora Eva Parera y la consejera del partido en Sant Andreu Anna Garcia Escrig opinan que el problema no es reciclar. "En eso, todos estamos de acuerdo. El problema es el modelo que quieren implantar: muy intrusivo, afectando a la privacidad de las personas. Tampoco permite a las empresas trabajar correctamente. El gobierno debería aprender, de una vez, a implementar las medidas cuando las tenga bien diseñadas y no ir haciendo experimentos que siempre acaban fallidos. El ejecutivo local está siguiendo la línea de las tasas de residuos: llevar a cabo una medida sabiendo que está muy verde".
JuntsxCat no está en contra del sistema de recogida de basuras puerta a puerta, pero ve un gran espacio de mejora en la implantación que el gobierno de Colau está haciendo en Sant Andreu. "Es evidente que Barcelona tiene que cumplir con los objetivos que nos hemos marcado de un mejor reciclaje, de más cantidad y de más calidad. Pero estas mejoras no se pueden hacer en contra de los vecinos porque sino el proceso será fallido", apunta la edil Neus Munté.
"Hace falta que el gobierno modifique los aspectos del sistema que han motivado el rechazo del vecindario. No se puede implantar un cambio de estas características sin tener en cuenta las dificultades con las que se encuentran muchas personas; por este motivo pedimos que se cree un espacio de diálogo con vecinos, comerciantes y entidades, y también grupos municipales, para escuchar sus quejas y necesidades específicas y consensuar un calendario de implantación más apropiado que incorpore más progresividad".