Un hombre ha fingido ser el falso propietario de un piso en Barcelona y ha alegado que este estaba okupado para retrasar la entrega del inmueble a la persona con la que había cerrado una compra.
Este estafador podría enfrentarse a una pena de prisión de dos años y seis meses, que es lo que pide la fiscalía, después de tratar de vender una vivienda que no era suya por entre 250.000 y 300.000 euros, según ha informado Crónica Global.
PISO AJENO
El acusado se inventó que el piso era suyo, así como que estaba okupado para retrasar la entrega. Además, pidió a la mujer que quería hacerse con el inmueble pagos "parciales" mientras se resolvía la situación.
La afectada llegó a abonar 4.200 euros por adelantado, a lo que se sumaron otros 800 euros bajo la justificación de ser la cantidad necesaria para desalojar a los okupas.
Al margen de la pena de prisión, el ministerio público ha solicitado también una indemnización de 5.000 euros para la víctima de esta estafa.