Un millar de guardias urbanos vigilará las fiestas de la Mercè

El Ayuntamiento de Barcelona intensificará la vigilancia nocturna durante los cuatro días de la Festa de la Mercè (23 - 26 septiembre) para evitar los botellones masivos que se han producido este verano y que se siguen repitiendo estos días. Un total de 1.005 policías de la Guardia Urbana velarán para que la fiesta –marcada por las restricciones de aforo y con la cita previa como protagonista– se desarrolle sin incidentes. Al consistorio le preocupa lo que ocurra en la noche por lo que ha aumentado un 25% el número de agentes durante esa franja respecto a la Mercè de 2019. El aumento funcionarios respecto a un fin de semana habitual será del 30%.

El intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, ha explicado este miércoles que la policía se centrará en prevenir la aglomeración de personas en determinadas plazas y espacios con la presencia uniformada de policías. Un total de 467 prestarán servicio durante la noche, en la que se prevé el cierre de los lugares que acogen los conciertos una vez se termine la música. Los agentes actuarán "de manera intensa" contra la venta de alcohol ambulante y en los locales.

LOS ANTIDISTURBIOS, "FUNDAMENTALES"

La UREP, la unidad con funciones parecidas a los agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, será una pieza "fundamental" en estas fiestas, en palabras de su jefe. Su presencia "preventiva", junto a la policía catalana, perseguirá evitar grandes concentraciones. Cuando se detecten a "personas incívicas", la policía desalojará cualquier espacio que sea necesario atendiendo al "principio de autoridad y la seguridad de las personas", dos factores difíciles de conjugar en según qué escenario, ha explicado Velázquez.

Los desalojos se producirán a partir de las 00.30 horas de la madrugada y se coordinarán con los trabajos de limpieza, que junto a los operarios serán ejecutados por 700 personas. "Se hará de manera escalonada, valorando cada espacio y será la realidad la que paute la actuación", ha detallado el máximo responsable técnico de la policía.

EL CONSUMO DE ALCOHOL, SANCIONADO

El intendente mayor de la urbana y el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, han detallado el dispositivo de seguridad de las fiestas en una rueda de prensa marcada por los problemas de convivencia por los macrobotellones, que también suponen un riesgo de contagio de coronavirus. De hecho, la policía sancionará con la ordenanza cívica en la mano, y también atendiendo a las restricciones sanitarias, actuaciones que se llevan a cabo desde el inicio de la pandemia. El dispositivo se coordina estrechamente con los Mossos d'Esquadra y el área de cultura municipal.

Batlle y el teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí, han insistido en el mensaje que mandaba este martes la alcaldesa Ada Colau: "no tiene sentido acercarse a los conciertos sin cita previa". La urbana realizará perímetros para evitar que ciudadanos reserva se pueda acercar a zonas cercanas de las actividades.