Dos clientes de un bar en una terraza de Barcelona / GUILLEM ANDRÉS

Dos clientes de un bar en una terraza de Barcelona / GUILLEM ANDRÉS

El pulso de la ciudad

Multados y sin mesa: Barcelona castiga a los bares sin permiso de terraza

El Ayuntamiento requisa las mesas de restaurantes que carecen de permiso para poner veladores

23 septiembre, 2021 00:00

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Los restauradores han visto en las terrazas una de las principales soluciones para sortear las rígidas restricciones marcadas por la pandemia. En Barcelona, los bares sin veladores solicitaron al Ayuntamiento el permiso para instalarlos, y los que ya tenían pidieron ampliar el número de mesas en el exterior. El consistorio dio luz verde a una gran cantidad de locales en la ciudad, pero en Ciutat Vella se negaron el 70% de las terrazas solicitadas. Algunos bares mantienen el pulso con la administración y se niegan a retirar las terrazas a pesar de carecer de permiso. Como consecuencia, el Ayuntamiento les requisa las mesas y las envía a un depósito municipal.

En la Barceloneta, el castigo se ha ejecutado en, al menos, cuatro restaurantes este verano. Dos de los bares afectados se encuentran en la calle de la Maquinista. Uno de los empresarios afectados relata a Metrópoli su caso con la condición de mantenerse en el anonimato. Su situación resume la desesperación de algunos restauradores que reinciden a sabiendas de estar expuestos a multas. Cuando el consistorio le negó las dos mesas que solicitó en esta avenida de plataforma única, recurrió la decisión y mantuvo el mobiliario enfrente del local.

"LA GENTE NO QUIERE ENTRAR"

El Ayuntamiento lo castigó con dos sanciones (de 500 y 200 euros). Tampoco las quitó después de abonar el dinero de la multa. "La gente no quiere entrar al interior. ¿Qué puedo hacer?", se resigna. Un día de julio, cuatro inspectores que hacían ronda por el barrio marítimo llegaron a su local acompañado de dos guardias urbanos. Unos operarios cargaron las dos mesas al vehículo y se fueron. "No me dijeron donde se las llevaban. Las he dejado perder. Me hacen pagar 200 euros si quiero recuperarlas", explica.

El mismo escenario se repitió en otros dos restaurantes cercanos. El camión les quitó seis mesas, uno de ellos en un histórico local del paseo de Joan Borbó. Los inspectores se presentaron durante un turno de comida y los camareros tuvieron que obligar a los clientes a cambiar su ubicación. En la calle de Andrea Dòria requisaron ocho mesas de un bar, que también ha optado por no recuperarlas.

EL GREMI SE DISTANCIA DE LOS REINCIDENTES

Desde el Gremi de Restauració de Barcelona entienden la reincidencia de los bares como una cuestión de "necesidad" de los locales aunque se distancian de la decisión de los empresarios. "Entendemos que la gente está contra las cuerdas, al límite, pero no podemos justificar los incumplimientos", comenta un portavoz de la entidad, que confirma una preferencia cada vez más clara entre los clientes por las terrazas.

Unas de las nuevas terrazas de Barcelona / REDES SOCIALES

Unas de las nuevas terrazas de Barcelona / REDES SOCIALES


 

La guerra de las terrazas en Barcelona no es un episodio nuevo. Todo el mundo asume la peculiaridad de Ciutat Vella: poco espacio público, calles estrechas y una gran densidad de bares (el distrito acoge 540 puntos de restauración de los 9.000 que hay en la ciudad, según datos facilitados por el Gremi de Restauració). No obstante, los restauradores denuncian una "doble vara de medir" del equipo municipal a la hora de castigar sus negocios y a los participantes de los botellones que se repiten cada semana en la ciudad.

TRIPLE SANCIÓN A UN BAR

En la zona del Born (barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera) también se han registrado numerosas sanciones. Llama la atención el caso de la calle de Esparteria. Allí, los inspectores han sancionado a varios restaurantes de la avenida. Uno de ellos, el Super Super bar - Born, ha recibido tres multas de 500, 1.050 y 3.000 euros. José Guerrero, su dueño, despotrica del criterio del consistorio a la hora de otorgar o negar las terrazas solicitadas durante la pandemia. En la calle de Rec, a cuatro pasos de su local, el consistorio sí permitió la colocación de mesas y sillas de más en la calle, a pesar de contar con la misma anchura (unos seis metros). Uno de los locales de esta calle es el Ten's Tapas Restaurant gestionado por el conocido chef Jordi Cruz. En el paseo del Born, el consistorio requisó las mesas de un local reincidente.

La razón que le ha dado el Ayuntamiento es que las mesas no pueden estar pegadas con la fachada. Ese criterio, dice, no se aplica a los locales de la calle Rec. Si Guerrero ha reincidido hasta en dos ocasiones, relata, ha sido por evitar a toda costa una bajada de sueldo a sus empleados y el traspaso del negocio. "Hubo un momento este verano que la gente empezó a cancelar. No eran uno o dos, eran decenas. Me entró pánico. Poner la terraza era el único riesgo que podía asumir. Los negocios pequeños somos los que más hemos sufrido y nos hemos dejado la piel para no despedir a ningún trabajador. Pedimos que haya un reparto igual de terrazas para todos", explica.

"PIDO MÁS EMPATÍA AL AYUNTAMIENTO"

Este restaurador asegura que los vecinos no tienen una sola queja con su local, que los botellones provocan que muchos vecinos ni bajen a la calle y pide más "empatía" al Ayuntamiento y que sus empleados tomen la temperatura del sector a pie de calle. "Solo nos ofrecen la prohibición, pedimos una solución. Entiendo que estoy privatizando un espacio público para mi beneficio y estaría encantado de pagar una cuota. Lo que están haciendo es matar las calles y dando cabida a los botellones". 

 

El Ayuntamiento prohíbe terrazas en la calle Esparteria (izquierda) mientras las permite en la calle Rec (derecha)

El Ayuntamiento prohíbe terrazas en la calle Esparteria (izquierda) mientras las permite en la calle Rec (derecha)


 

El presidente de Born Comerç, Juan Carlos Arriaga, critica unas "intervenciones desmedidas que no habíamos visto antes". Mientras los restauradores reciben sanciones, centenares de jóvenes beben alcohol en las plazas y calles de Ciutat Vella hasta altas horas de la noche. "Los mismos lateros empiezan las juergas. Llegan con el alcohol en un carro de la compra y un altavoz", explica. El restaurador insiste en que algunos bares se ven abocados a reincidir. En algunos bares, la restricción del 50% en el interior de los locales supone que algunos apenas reciban clientes.

ADIÓS A LOS BLOQUES DE HORMIGÓN

El pasado 14 de septiembre, los partidos aprobaron una nueva ordenanza de terrazas que permitirá que los nuevos veladores de la pandemia permanezcan para siempre, eso sí, cambiando los actuales bloques de hormigón que separan las mesas de la calzada por otros elementos más amables y estéticos como barandillas y jardineras.