Un total de 26 parejas afectadas por el cierre repentino del restaurante Btakora de Arenys de Mar han interpuesto una querella contra el propietario del local, al que acusan de haberles estafado cerca de 200.000 euros que abonaron sin haber podido celebrar sus respectivos compromisos.
La querella se dirige contra el dueño del negocio, la administradora, la contable, el apoderado y dos titulares de cuentas bancarias donde las víctimas habrían realizado transferencias, así como contra las dos empresas que operaban el negocio.
ESTAFA CONTINUADA
Las 52 personas afectadas los acusan de un delito de estafa continuada con doble agravante -el valor defraudado supera los 50.000 euros y afecta a un número elevado de personas y por aprovechamiento de la credibilidad de la empresa-, por lo que podrían enfrentarse a penas de entre uno y seis años de cárcel, o subsidiariamente, un delito de apropiación indebida también agravado.
EL PROPIETARIO, EN PARADERO DESCONOCIDO
Han pedido así al juez que investigue al propietario, Paulo, que permanece en paradero desconocido desde que el pasado julio el restaurante cerró sus puertas, y a sus socios y exigen que se les imponga el pago de una indemnización de 150.000 euros, además de la devolución de los 200.000 euros abonados por el conjunto de las víctimas.
Se trata de parejas que planeaban casarse a lo largo de 2020 pero a las que, con escasas semanas o días de antelación, se las instaba a cambiar la fecha de la ceremonia alegando motivos relacionados con la pandemia, como el confinamiento de los trabajadores.
Durante todo este tiempo, la compañía continuaba cobrándoles facturas por diversos conceptos, a sabiendas de que nunca se celebraría la ceremonia, ya que "jamás realizaron preparativo alguno", según la acusación.
RECISIÓN DE CONTRATO
Las víctimas aseguran que pagaron por "miedo" a perder lo ya invertido y tras "múltiples engaños y amenazas", especialmente en aquellos casos en los que pidieron la rescisión del contrato por no estar de acuerdo con una cláusulas según la cual aceptaban perder su dinero si no se podía celebrar la boda por "causas de fuerza mayor".
Tras el cierre del restaurante, la mayoría de parejas no ha podido casarse por motivos económicos, como François y Elisabeth, quien ha pedido que "se haga justicia".