Una rebelión interna afecta al conjunto de los profesionales integrados en el Colegio de Graduados Sociales de Barcelona. Dos vocales del colegio denuncian lo que se considera como una mala praxis del decano Carles Berruezo y del vicedecano Julio Amador, y otros miembros de la Junta de Gobierno.
¿Qué es lo que sucede? Los dos vocales, Josep Canal y Montse Cerqueda, consideran que está en juego el propio patrimonio del colegio, porque las cuentas de la entidad presentan una enorme “opacidad”.
CAUSA ARCHIVADA
Los dos vocales han reflejado esas críticas a través de una demanda presentada en el juzgado de lo Contencioso Administrativo. Lo que se denuncia está relacionado con las cuentas colegiales impugnadas desde 2017 a 2020.
Tanto Canal como Cerqueda tienen la intención de esclarecer todas las dudas que se ciernen sobre la Junta de Gobierno del Colegio este lunes, en el Colegio de Periodistas.
Con el Colegio de Graduados Sociales convertido ahora en un polvorín, los dos vocales esgrimen la sentencia del juzgado penal número 33 de Barcelona, que ha archivado la causa contra ellos, tras una querella por injurias y calumnias por parte de Berruezo y Amador, decano y vicedecano respectivamente.
POTENCIAL QUIEBRA
La sentencia constata que los dos vocales, Canal y Cerqueda, actuaron de forma lícita para esclarecer cómo se han manejado las cuentas de la entidad. Defiende que se pueda fiscalizar y auditar los gastos del Colegio. Según los dos vocales, como ha podido conocer Metrópoli, está en juego el propio patrimonio del Colegio y la pretensión, ahora, es evitar “su potencial quiebra”.
Las sospechas sobre la forma de actuar de la cúpula de la Junta de Gobierno del Colegio se repiten en el tiempo. Un grupo de miembros de la entidad ya denunció en 2017 la falta de transparencia y diversas anomalías en el funcionamiento de esta corporación de derecho público. Entre ellas se destacaba las altas retribuciones a algunos de sus directivos y comidas de un alto coste en distintos restaurantes de la ciudad. En aquel momento, como ahora, esas acusaciones eran rechazadas por el decano Carlos Berruezo, que está en el cargo desde 2015.