Un malestar creciente, a pesar de algunas pequeñas victorias. El presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona, Jordi Clos, ha pedido al equipo de gobierno de Barcelona que “cambie sus políticas”, con la idea de que deje de rechazar determinados proyectos que se presentan. “No se puede seguir con el ‘no’ a todo”, ha señalado, con la esperanza de que el fin de la pandemia del Covid conlleve la recuperación del turismo internacional, la gran baza de la capital catalana.
Clos logró que en la reforma del Peuat del ayuntamiento de Barcelona se pusiera freno a las habitaciones turísticas, en una curiosa alianza con los comunes de Ada Colau, frente al PSC de Jaume Collboni que sigue reclamando una regulación que permita a particulares alquilar una habitación para poder complementar sus ingresos. Pero al margen de esa victoria, el gremio de hoteles clama contra la gestión del consistorio por rechazar numerosos proyectos que, a juicio de los hoteleros, han forzado que Barcelona salga del ‘top ten’ de ciudades internacionales.
APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES
Las quejas se centran en algo que, además, ha permitido a Madrid sacar la cabeza y aspirar a un turismo internacional que no tenía. El rechazo a los hoteles Four Seasons y Hyatt sigue provocando un gran malestar. “Hay que ver lo que ha hecho Madrid alrededor del Four Seasons, con un cambio urbanístico tremendo que puede albergar un nuevo turismo, internacional, que es nuevo para la ciudad”, señala Clos, que recuerda que en el caso de Barcelona hasta el 85% del turismo tiene un carácter internacional. Un hotel de la cadena Four Seasons se considera que hubiera podido apuntalar un turismo internacional de mayor calidad, en especial de turistas norteamericanos, que sigue representando para Barcelona el gran pilar de los ingresos turísticos.
Pero hay muchos otros proyectos que se han frenado, como la ampliación del aeropuerto de El Prat. “Barcelona debe aprovechar las oportunidades que se presentan, no puede dejarlas atrás una y otra vez”, ha añadido Clos.
SER MÁS RIGUROSOS
¿Está pensando el gremio de hoteles en una operación para forzar un cambio en el consistorio, de cara a las elecciones municipales de mayo de 2023? Clos rechaza implicarse en una bronca política. Pero, tras la presentación de los resultados hoteleros al cierre de 2021, el presidente del gremio ha sido taxativo: "Es momento de comenzar a planteárselo en serio y ser más rigurosos con lo que queremos en nuestra ciudad y lo que necesitamos, porque Barcelona ha dejado de estar en el ‘top ten’ internacional, un ranking del que será díficil volver”.
Hay argumentos externos –el ‘no’ a determinados proyectos’—pero también internos, como la propia gestión del ayuntamiento respecto a la limpieza de la ciudad. “No es todo lo limpia que debería”, considera Clos, en un momento precisamente de cambio en la contrata municipal.
El gremio de hoteles apoya ahora la posibilidad de que Barcelona participe de forma activa en la candidatura a los Juegos Olímpicos de Invierno, aunque el grueso de la actividad se desarrollaría en los Pirineos. “Suma más que resta, y estamos a favor, porque Barcelona, además, sería importante en esos juegos para acoger a los que participen en las pruebas en los Pirineos”, defiende Clos.
La batalla que quiere dar el gremio de hoteles guarda relación con la idea de los hoteleros de que la carrera no ha acabado, de que Barcelona no puede dejar caer los brazos. “Igual hemos perdido alguna etapa, pero la carrera sigue. Madrid ha hecho los deberes, ha tomado un camino positivo, pero Barcelona tiene muchos activos, la arquitectura modernista, el mar, y una gran fuerza de su sociedad civil”, remacha Clos, con la idea de que lo que hace falta es un cambio en el timón del consistorio y pensar más en la globalidad de la ciudad.
El turismo no se puede orillar. Para Barcelona es esencial. Ese es el punto de partida de los hoteleros, que no entran en cómo se llegó a esa situación. La economía de la ciudad ha derivado a una economía de servicios, con grandes complementos como la potencia que exhibe el sector tecnológico, pero el turismo es vital para Barcelona, que se ha visto más castigada que otras ciudades como Madrid porque depende del turismo internacional, el que ha caído de forma estrepitosa con la pandemia del Covid.
En la batalla interna, doméstica, el gremio de hoteles considera que ha obtenido algunas victorias frente al consistorio. Lo prueba, a juicio de Clos, los 120 pleitos presentados para que se rectificara el Peuat, que mantuvo –con el rechazo de la parte socialista del gobierno municipal, aunque se llegó a un acuerdo—la prohibición de alquilar habitaciones turísticas por periodos de 31 días o menos. “En caso contrario hubiera sido un desastre para la ciudad”, según Jordi Clos.
2.500 MILLONES MENOS DE INGRESOS
Pero el gremio mantiene una petición, la de que convertir casas singulares de la ciudad, que “no podrán nunca ser pisos u oficinas”, en pequeños hoteles de 15 o 20 habitaciones de cinco estrellas. “Sería muy importante para una ciudad como Barcelona, que sería muy valorado por el turismo internacional”.
De lo que se trata ahora es de recuperar una situación que ha llevado a generar pérdidas para los hoteleros –o ingresos que no han llegado—de 2.500 millones de euros entre 2020 y 2021. El cálculo se realiza a partir de la facturación en 2019, que fue de 1.700 millones.