La primera madrugada con los locales de ocio nocturno abiertos después de 569 días ha hecho salir a miles de personas, la mayoría de ellos universitarios, y sin grandes aglomeraciones, a las salas de fiesta de Barcelona.
Sin restricciones de aforo, ni limitaciones horarias, y sin tener que mostrar el pasaporte covid para acceder, la única de las medidas que se mantiene en las discotecas es la de llevar la mascarilla puesta mientras no se esté consumiendo, como en el resto de establecimientos en el interior.
La gran afluencia en las discotecas de la ciudad ha reducido también los botellones, con una incidencia mucho menor durante la pasada noche, aunque no han desaparecido totalmente.
RESTRICCIONES DESDE MARZO DE 2020
La primera vez que se restringió al sector para atajar los contagios de coronavirus entre la población fue el 11 de marzo de 2020, cuando el Govern decidió suspender los actos que acogieran a más de 1.000 personas en Cataluña, ante lo que el sector ya pidió ayudas económicas, anticipando pérdidas.
Tres días más tarde, después de que el exconseller de Interior de la Generalitat Miquel Buch pidiera el cese de la actividad, las discotecas tuvieron que hacer frente a su primer cierre total. Desde entonces, el ocio nocturno ha permanecido clausurado 569 días y ha funcionado de forma limitada otros 125.
PÉRDIDAS DE MÁS DE 6.000 MILLONES
Según la Federació Catalana de d’Associacions d’Activitats de Restauració i Musicals (FECASARM), las pérdidas que ha acumulado el sector en todo este tiempo suponen un agujero de 6.457 millones de euros.