Mira hacia el público, como si su interlocutor fuera la Autoridad Portuaria, y exclama: “¿Qué oculta el Faro de Montjüic de Barcelona?” Es uno de los pocos rincones de la ciudad que no conoce. No ha podido acceder, porque las autoridades del Puerto tienen blindada su entrada. Pero el periodista Xavi Casinos no desistirá. Su pasión por la ciudad le ha llevado a publicar en Viena Edicions su cuarto libro sobre los secretos de la capital catalana, Barcelona secreta Volum III (que, en realidad, es el cuarto, tras un primer volumen que está descatalogado). Son 60 secretos que se añaden a los anteriores, en una especie de viaje a lo Indiana Jones por los distintos distritos de Barcelona.
Ese grito de pelea, de que seguirá buscando rincones y hechos curiosos de la ciudad, lo pronunció Casinos en la presentación del volumen, en la librería Alibri, con un nutrido grupo de asistentes, que le preguntaron sobre su método: “Paseo la ciudad, observo algo curioso, hago una fotografía y a partir de aquí busco documentación”. Parte con ventaja, porque, desde muy joven, ha ido acumulando material sobre Barcelona, que guarda en carpetas, como las que consultaba cuando trabajaba en la redacción de El Periódico de Catalunya. Antes, claro, de la era digital.
LA BARCELONA DE LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL
Esos relatos los publica cada domingo en La Vanguardia, los que ha recopilado en formato de libro. “Admito que siento pasion por la Barcelona romana”, sentencia, pero ha redescubierto otra Barcelona, una que se ha silenciado o que se ha considerado poco interesante. “La Exposición Universal de 1929 marcó mucho a la ciudad, con el Metro, la apertura de Via Laietana o la monumentalización de la Plaza Cataluña. Se pensó que era una etapa oscura, pero es una de las más interesantes de Barcelona, con grandes cambios urbanos”, señala Casinos.
Pero, ¿qué descubre este periodista que los turistas nunca preguntarán a sus guías? Entre sus descubrimientos figura una cripta, en un hotel de Ciutat Vella, o un ‘caganer’, “que caga hacia dentro, hacia la iglesia, con todas sus connotaciones”, hallado en la fachada de la Catedral. Pero hay otros secretos, que Casinos solo deja entrever, como los restos de los últimos caballeros templarios, que el lector deberá encontrar en las páginas de su último libro.
EL HUESO DEL PIE DE CALDERÓN DE LA BARCA
Barcelona se ha construido con muchas barcelonas en sus fundamentos. Pero, más allá de restos arqueológicos, o de restos de murallas romanas –en Banys Nous, en una chocolatería—Casinos da cuenta de informaciones que el vecino de la ciudad no podrá comprobar. En la Zona Franca, en un lugar que no se puede concretar –porque esas son las condiciones de las autoridades para que el periodista las pueda ver—se encuentran muchos restos del Museo de Barcelona, estatuas, figuras de épocas pasadas, que se almacenan como si fuera el gran estómago de la ciudad y que hablan de poder, de cómo se ha ejercido el poder. El periodista de La Vanguardia, Jesús Sancho, reclamaba a Casinos que explicara aquello que uno se encuentra por auténtica casualidad. Y sí, se puede hallar en Barcelona una cripta en el sótano –“me encantan los sótanos”—de un céntrico hotel de la ciudad, aunque se fuera a buscar otra cosa muy distinta.
Esos restos, esas curiorisades, obedecen también a caprichos de la Historia, a regalos o posesiones de autoridades eclesiásticas que querían proteger “huesos” de celebridades. Y una de ellas es un hueso “del pie, porque ahora se ha comprobado”, de Calderón de la Barca, aunque se pensaba hasta ahora que correspondía a un hueso de un dedo de la mano. Todo parte de un arzobispo de Toledo que lo custodió, y acabó en el Palacio Güell de Barcelona. Los restos de Calderón de la Barca, gracias a un párroco que los protegió, se encuentran en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores de Madrid. Pero el mismo sacerdote se quedó con dos huesos, --“uno no se sabe dónde está”, pero el otro está en Barcelona. Y se busca ahora esos restos, escondidos en las paredes de la parroquia de Madrid, que se podrían cotejar con el dedo del pie que halló Xavi Casinos.
Hay otros rincones. La cisterna del ParK Güell, como se aprecia en la portada del cuarto volumen de la Barcelona secreta, que formaba parte del diseño de Guadí, pensando en los usos que se necesitarían en la colonia.
Ahora bien, ¿qué hacer si se siguen las rutas de Casinos? Uno de los asistentes reclamó algo más de información. Los turistas disponen de sus gruesos libros para descubrir la ciudad, pero junto a un monumento, se indican también qué se puede comer o beber alrededor. “Cada domingo sigo esas rutas, pero, ¿no se pueden indicar bares para tomar algo?”
Xavi Casinos contaba con la complicidad de la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, presente en el acto, --“mi jefa y mi amiga”—con el propósito de descubrir otros secretos, los del área metropolitana. Pero, por ahora, este veterano periodista prefiere centrarse en Barcelona, con muchos rincones todavía por hallar, con una historia que desborda a sus habitantes.
El periodista no se olvida de la pasión escatológica de los catalanes. Y recuerda uno de sus hallazgos más sorprendentes, un váter incorporado en un campanario por el campanero, que tenía, además, un trabajo: “enderezar clavos de hierro”, que se encontraban en la instalación. ¿El váter? “Debe funcionar, porque se conserva toda la canalización”.
Pero, “¿Qué se oculta en el Faro de Montjüic?”, reiteró Casinos. “No creo que almacenen cocaína, ¿no?, entonces, que me dejen entrar”, clamó, aunque uno de los asistentes al coloquio posteiror indicó que podía ser muy fácil, tras ponerse en contacto allí mismo, con la Autoridad Portuaria. ¿Habrá quinto volumen para saber qué hay en su interior?