La CGT se desvincula del acuerdo de UGT y mantiene la huelga de basuras

CGT se ha desmarcado del preacuerdo alcanzado por la mayoría sindical de UGT y CCOO que ha desconvocado la huelga de basuras. Asimismo, el sindicato ha decidido mantener por si mismo la convocatoria desde este domingo, 24 de abril, hasta el próximo 29 de abril.

PREACUERDO "INSUFICIENTE"

Según ha informado en un comunicado el sindicato, que es minoritario en la plantilla del servicio de limpieza viaria de Barcelona, el preacuerdo alcanzado por UGT y CCOO "es insuficiente y se ha firmado a espaldas de la plantilla".



El preacuerdo –que CCOO ha anunciado que quiere llevar a la asamblea de trabajadores– se alcanzó anoche tras una reunión de varias horas. Este prevé un aumento salarial del 0,6% en 2019 y otro de 6% en el ejercicio de 2021. Para este año, la propuesta supone pagar a cuenta un 2,5 % sobre el salario y revisar, en referencia al IPC, hasta un tope del 4 %, según han detallado fuente sindicales.

Nuevos contenedores de reciclaje y residuos domésticos de Barcelona, llenos de basura antes de la huelga / RRSS

DISCREPANCIAS SINDICALES

En su comunicado, CGT ha arremetido contra el sindicato UGT por propiciar el preacuerdo y le ha acusado de estar "al servicio de la empresa". Lo ha defendido diciendo que la subida salarial pactada, con un tope del 4%, supone en la práctica "una clara pérdida de poder adquisitivo".



Para CGT, el acuerdo firmado "no recoge ninguna de las otras reivindicaciones", con lo que, a su parecer, está demostrando que "quiere mantener el enchufismo, el personal eventual trabajando de forma precaria, la designación de turnos, horarios y servicios asignados según criterio de la jefatura, etc".

PIDEN MEJORAS LABORALES

CGT mantiene la huelga para exigir una subida salarial acorde con el IPC, que compense la pérdida de años anteriores. Pero, además, el sindicato reclama mejoras laborales como la eliminación de turnos de siete días seguidos sin descanso o el reconocimiento y actualización de categorías. 

Un camión de la basura en una calle de Barcelona / JORDI SUBIRANA