Malestar entre los riders de Glovo. Los repartidores de la startup barcelonesa consideran que la empresa les toma el pelo. Denuncian que actúa bajo un falso altruismo al no pagarles los suplementos y bonos "trampa" que cobra a sus clientes.
Tal y como han explicado repartidores de Glovo de Barcelona a Metrópoli, la aplicación de servicio de comida a domicilio cobra a los clientes una tarifa nocturna (1,99 euros). Según denuncian, el suplemento se aplica en el momento exacto en el que el repartidor tiene el bono más bajo del día. La plataforma de reparto impone un suplemento de noche que después los rider no ven reflejado en sus ingresos.
CARRERAS MÁS BARATAS QUE EL PROPIO BONO
Otra de las críticas que expresan los repartidores a este medio es respecto al "extra al repartidor por mal tiempo" (2,99 euros). Glovo es una de las startups de reparto a domicilio que se vanagloria de su ética empresarial. Aplica un bono a sus clientes cuando los repartidores se ven obligados a transportar pedidos en días de lluvia. No obstante, este dinero no llega a los ingresos de los riders. Sus trabajadores critican que "la carrera muchas veces sale por menos dinero que el bono" que Glovo ha cobrado al usuario.
Este medio ha podido comprobar los desajustes de los bonos y suplementos en los ingresos por carrera de los riders. Tal y como se puede ver en las capturas de pantalla adjuntadas a continuación, Glovo señala en la factura los suplementos que supuestamente van destinados a los repartidores. Estos se aplican cuando la situación climatológica es adversa, pero no se trasladan al dinero que cobra el rider en cada reparto.
GLOVO NO SE MOJA
La empresa barcelonesa Glovo ha declinado contestar a las preguntas realizadas por este medio.
La compañía ha preferido no afirmar o desmentir las acusaciones de sus empleados en la capital catalana.
EN EL PUNTO DE MIRA
No es la primera vez que la empresa de Oscar Pierre y Sacha Michaud está en el punto de mira. El pasado mes de noviembre, Comisiones Obreras (CCOO) denunció a la compañía por "incumplir la normativa". El sindicato denunció que la startup vulneraba la ley Rider que obliga a este tipo de negocios a contratar a sus repartidores.
CCOO afirmó que los repartidores de Glovo siguen siendo falsos autónomos. Además, subrayó que la firma ha llevado a cabo cambios en su aplicación para “intentar eliminar los indicios de laboralidad”. Esto acaba por reducir los ingresos de los empleados hasta el punto de dificultarles el pago de su cuota de autónomo y de los abonos trimestrales del IRPF y del IVA.
Los riders se ven obligados a pedalear de forma frenética para abarcar el máximo de pedidos posibles, que son lo que determina su salario. Este trabajo precarizado "favorece la explotación laboral a terceros mediante el sistema de las cuentas alquiladas". Así lo denunció a este digital Javier Pérez, rider de Glovo y Uber Eats en Barcelona, que describió cómo eran sus esclavos días trabajando para ambas plataformas.