Barcelona pierde otro comercio de barrio, en esta ocasión la mercería Olga del Poble-sec. El establecimiento bajará la persiana el próximo viernes, 29 de julio, tras 28 años en la calle de la Concòrdia, 1.
Como mucho otras tiendas históricas o con décadas en la ciudad, la mercería cierra porque la propiedad del local no les ha dado un opción viable para continuar, ha dicho la titular del negocio, Olga Gascón, al diario Tot Barcelona. Siempre según la versión de Olga, el dueño no les quiso renovar el alquiler porque quiere vender el espacio reconvertilo en una vivienda.
CASA ALIÉ DEJA EL RAVAL TRAS 85 AÑOS
Hace unos día, Metrópoli ya informó que la mercería Casa Alié abandonaba el Raval después de 85 años y se iba a Badalona, donde contará con un local que se adecuará más a su modelo de negocio: la venta al por mayor.
Fuentes de Casa Alié explican a Metrópoli que el traslado supone una mejora para la empresa. La nave desde la que operarán en Badalona está en Montigalà, donde ya funcionan otras compañías, sus principales clientes, y la carga y la descarga será más sencilla.
Cada vez cuesta más encontrar una mercería en Barcelona. Este tipo de negocios desaparecen por el alza de los precios de los alquileres, la competencia del e-commerce, los efectos de la pandemia y el auge del fast fashion.
SUPERVIVIENTES
De todos modos, en Barcelona todavía sobreviven tiendas con años de trayectoria que se dedican a los artículos de costura. Algunas de las que sobreviven son la mercería Santa Ana, Casa Fèlix, Ribes&Casals, Fent Punt y mercería Barcelona.
La ciudad lleva años perdiendo comercios históricos, algunos de ellos protegidos a nivel arquitectónico. El último del que se tiene constancia es la Fleca Girabal, de 113 años, de Sant Andreu.