El Institut Municipal de Persones amb Discapacitat (IMPD) lleva años luchando para garantizar la inclusión de personas con diversidad funcional. A pesar de sus esfuerzos, cada día se enfrentan a nuevos problemas. El último en aparecer: los adoquines que el Ayuntamiento de Barcelona coloca en el pavimento de la superilla del Eixample.
El IMPD forma parte del Ayuntamiento de Barcelona y, en ella, se integran miembros del consistorio y varios representantes de las personas con discapacidad. En conversación con este medio, Carme Riu Pascual, una de las representantes de las personas con discapacidad física en el consejo rector del instituto asegura que este tipo de material dificulta la accesibilidad de las personas con movilidad reducida. También explica que los representantes del colectivo llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento antes de que se iniciasen las obras para que no pusieran adoquines, pero que ahora "no se está cumpliendo con lo acordado".
VERSIONES CONTRADICTORIAS
La versión del Ayuntamiento no coincide con la de Riu. Fuentes del servicio de prensa del consistorio aseguran a Metrópoli que el nuevo pavimento será "cien por cien accesible", con elementos que facilitarán los desplazamientos, como indicadores de pasos en los semáforos. Recientemente se ha encontrado debajo de la calle Girona varios adoquines que podrían "recuperarse sin poner en riesgo el objetivo de calles accesibles", reconocen desde el Ayuntamiento.
Ante estas intenciones, Riu muestra su rechazo y afirma que las calles deben ser accesibles para todos y en todos los lugares. Se pregunta repetidamente sobre la función que tiene un adoquín: "No tiene sentido ponerlos. Pueden ser estéticos, pero no son accesibles". Reclama que la Barcelona del futuro sea una ciudad pensada para todos.
Las obras de la superilla se ejecutan desde el área de Ecología y Urbanismo que encabeza la teniente de alcaldia Janet Sanz (Barcelona en Comú) y prevén la transformación en ejes verdes de las calles del Comte de Borrell, Girona, Rocafort y Consell de Cent y cuatro plazas en la confluencia de Consell de Cent con Girona, Enric Granados, Comte de Borrell y Rocafort.
FALTA DE IMPLICACIÓN
Joan Ramon Riera, concejal de Infancia, Juventud, Personas Mayores y Personas con Discapacidad y presidenta del IMPD, explica a Metrópoli que la posición del consistorio "siempre será la misma que la del colectivo con personas con discapacidad". En sus redes sociales ha publicado un claro mensaje en apoyo a este colectivo que discrepa de las intenciones del área de Urbanismo. En él, Riera asegura que se hizo un proceso participativo y que se acordó con las entidades del consejo y los promotores del proyecto que el pavimento sería liso y de fachada en fachada [ver aquí la nota de prensa del consistorio].
Sin embargo, Riu afirma que el Ayuntamiento nunca se interesó en preguntar. "Fuimos nosotros los que vimos publicado el proyecto de la superilla y nos dirigimos a Riera y Sanz para que no pusieran los adoquines", recuerda la representante de la entidad. "Pero ya vemos que no nos han hecho caso. Veremos qué pasa", concluye.
EN BUSCA DE RESPUESTAS
Este martes 11 de octubre está prevista una reunión entre el consejo rector del Institut Municipal de Persones amb Discapacitat para tratar de solucionar la problemática.