Una mujer de 92 años, Marina Gimeno, está a punto de ser desahuciada del piso de la Barceloneta donde ha vivido "toda su vida". Después de ser subrogada del contrato de renta antigua que firmó su padre cuando era pequeña, la propiedad de la finca ha cambiado durante los últimos años. El último propietario de la finca no pagó la hipoteca y, en consecuencia, el banco ha iniciado un proceso de ejecución hipotecaria.
Marina y su hija tendrán que abandonar su casa el 16 de noviembre. Una jueza ha resuelto que no tienen derecho a ser las ocupantes y sus abogados, que confían en que otro juzgado lo enmiende, denuncian que la interpretación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) que ha hecho la magistrada es errónea.
¿ERROR JUDICIAL?
En declaraciones a ACN Ivo Recoder, abogado de la Asociación Oasiurbà, considera que la jueza se ha equivocado al interpretar la LAU. "Es evidente e incontestable que la señora Gimeno, con subrogación del año 84, tiene derecho a una subrogación vitalicia" asegura Recoder, quien corrobora que la magistrada debe ampararse en la ley del 1964 que contempla que las subrogaciones deben ser de por vida.
El letrado expone que, por ahora, no se puede recurrir el desahucio de Marina pero anuncia que han iniciado un procedimiento para solicitar la tutela de un juez distinto que pueda rectificar la decisión.
DUDAS SOBRE EL CONTRATO
La afectada no pudo presentar el contrato original porque se encuentra en un estado muy precario. Por este motivo, en la interlocutoria de la juez, la magistrada pone en duda que Marina sea la titular del contrato. Además, tampoco da por válidas las pruebas aportadas por sus abogados, como el pago de la renta o las facturas de suministro del piso.
Según las afectadas, "jamás recibieron ninguna comunicación del último cambio de propiedad" por lo que continuaron pagando el alquiler de 119 euros al mes al arrendatario anterior.
FUTURO INCIERTO
El próximo 29 de noviembre Marina Gimeno cumplirá 93 años, aún sin saber cuál será su situación: "Siempre he estado aquí, le tengo mucho cariño a este piso y no me veo en otro sitio, ¿dónde tengo que ir?" se pregunta Gimeno.
Por su parte, su hija se muestra optimista y confía en que no se llegue a ejecutar el desahucio porque considera que tiene "muchas cosas a su favor". La afectada añade que entre todos los papeles, han conseguido encontrar uno que firmó su padre donde sale la fecha exacta del contrato.