Las emociones surgen con fuerza cuando el problema es personal y a uno o a un familiar le han ‘okupado’ la vivienda. Sin un diagnóstico claro sobre lo que pasa y con asuntos que han agitado las conciencias en Barcelona, como muestra el caso de la Casa Orsola, los abogados y expertos apuntan que lo principal es solucionar un fenómeno creciente. “El problema en la vivienda son los ‘inquiOkupas”, en alusión a los que alquilan una vivienda, con la intención de dejarla de pagar a los pocos meses, sabiendo que durante bastante tiempo podrán permanecer en ellas.
Esa ha sido una de las conclusiones del debate que ha organizado el Círculo Ecuestre, con una pregunta directa: ¿Falta de medios o de voluntad política?, en relación a la okupación inmobiliaria. Con la participación de Carles Sala, exsecretario de vivienda del Govern de la Generalitat, de Emilio Zegrí, abogado penalista, y de Alejandro Fuentes, abogado y profesor de la UOC, y moderado por José María Cardellach, abogado y miembro de la Junta del Círculo Ecuestre, el debate ha subido de tono cuando los asistentes han explicado sus casos particulares. La clara percepción es que “falta voluntad política, y los políticos deben actuar”, en palabras de uno de los socios del lobi empresarial.
El político, en este caso, aunque ya no forma parte del Govern, era Carles Sala, que se ha refugiado en un dato que la administración pública suele repetir: “La mayoría de las okupaciones se produce en propiedades de grandes tenedores, que no son los que tienen 15 o 20 viviendas, sino los que tienen 15.000 o 20.000”. A su juicio, una de las cuestiones que lo enredan todo es que esos grandes tenedores “no saben en muchas ocasiones qué es lo que tienen y no actúan ni toman decisiones, cuando la administración intenta ponerse en contacto con ellos”. Y ha insistido en que uno de los grandes problemas son los 'inquiOkupas', que firman contratos como inquilinos, pero sabiendo que "en unos meses dejarán de pagar, ganando tiempo hasta que se les obligue a dejar las viviendas".
Pero la preocupación es más doméstica. Los dardos de los asistentes al debate se dirigieron hacia la candidata de los comunes, Ada Colau, al entender que se mueve en la “alegalidad”, y que alienta, a través de asociaciones y plataformas “la buena okupación”, en palabras de Sala. Es decir, el manual que enseña a los ‘okupas’ a dejar constancia en la vivienda de que han vivido en ella, y que será más difícil echarles fuera.
EL PROBLEMA DE MATARÓ
Los abogados han reflejado la dificultad para aplicar las leyes, pero han desmontado “un bulo”. Según Zegrí, “no es verdad que si unos okupas se quedan 48 horas ya no podrán ser desalojados. Es un bulo que se ha ido alimentando. No importa que no se efectúe la denuncia en ese plazo, se puede hacer más tarde”. La cuestión, o una de las centrales, es que la policía tiene lagunas legales y no sabe cómo actuar, porque se han dado casos en los que los agentes han sido denunciados por “allanamiento de morada”, cuando entraban en las casas okupadas.
Ha sido una de las asistentes al debate, la decana del Colegio de Abogados de Mataró, María Pastor, una de las más aplaudidas, cuando ha reflejado el problema de los agentes policiales, dando cuenta de la situación en su ciudad, con 2,6 okupaciones al día, en una ciudad de 130.000 habitantes.