El edificio Can Vies sigue siendo motivo de debate dentro del Ayuntamiento de Barcelona. El inmueble, situado en el número 40 de la calle de Jocs Florals, en pleno corazón del barrio de Sants, fue okupado el 10 de mayo de 1997. Después de 25 años, sigue a la espera de que se ejecute el plan urbanístico entre protestas de los partidos de la oposición y quejas de los vecinos.
En mayo de 2014, con Xavier Trias (CiU) como alcalde de Barcelona, se inició lo que sería una batalla que aún perdura. Trias ordenó el desalojo y derribo del edificio. Esta decisión no quedó exenta de polémica y la capital catalana vivió días de violentas protestas protagonizadas por los okupas. A un año de las elecciones de mayo de 2015, el gobierno de Trias se vio obligado a paralizar el derribo para poner fin a los altercados que azotaban la ciudad.
En las últimas elecciones municipales de 2019, Can Vies fue uno de los temas de la campaña de los partidos, especialmente de la oposición. A lo largo de los dos mandatos de Ada Colau -entre junio de 2015 y la actualidad-, la finca de Can Vies se ha seguido reconstruyendo y el colectivo de okupas ha continuado organizando actividades, algunas de ellas muy molestas para los vecinos, con el beneplácito del gobierno municipal. Después de muchos años, Can Vies continua formando parte del debate político y social de los barceloneses.
EL PLAN URBANÍSTICO
El inmueble era propiedad de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), pero en 2014 fue cedido al Ayuntamiento. La finca y otras del entorno están sujetas a un plan de reordenación urbanístico. Actualmente, están pendientes de reforma los jardines de la Rambla de Sants.
Con un presupuesto de unos 670.000 euros, las obras de mejora de los parterres de los jardines de la rambla de Sants comienzan este noviembre y se alargarán durante los próximos seis meses. Consisten en regenerar los espacios verdes de la Rambla, que mide 760 metros de largo, desde la plazoleta de Ramon Torres Casanova hasta Riera Blanca, con una anchura media de 30 metros que cubren las vías del tren y del metro.
Durante el primer trimestre de 2023 se llevarán a cabo las obras para convertir en zona verde el actual espacio de debajo la pérgola que hay en el cruce con la rambla de Badal. Atravesará esta zona verde el paso que conecta con las escaleras que suben y bajan de la rambla, que se convertirá en accesible en línea recta. El presupuesto específico de este otro proyecto supera los 200.000 euros.
NECESIDAD DE EQUIPAMIENTO MUNICIPAL
Metrópoli ha preguntado a los grupos municipales del Ayuntamiento qué piensan sobre Can Vies y las posibles propuestas de futuro de cara a las elecciones municipales de 2023. Mientras que Barcelona En Comú, liderado por Colau, no ha respondido a los requerimientos de este medio, sí que lo ha hecho su socio de gobierno, el PSC. Los socialistas defienden la necesidad de convertir el espacio de Can Vies en un equipamiento municipal para los vecinos del barrio. “Aunque es un símbolo para una pequeña parte de la ciudadanía, no es de utilidad pública”, aseguran fuentes del partido. El PSC, con Jaume Collboni como alcaldable, lo tiene claro: “Can Vies necesita una renovación por los problemas de convivencia y de incivismo por parte de algunos de sus usuarios”.
CONSENSO VECINAL
Una propuesta similar a la de los socialistas es la que plantean desde el PP. En conversaciones con este medio, Óscar Ramírez, el concejal portavoz en el Ayuntamiento, subraya la importancia de llegar a un consenso vecinal para proporcionar al barrio equipamientos públicos como, por ejemplo, un casal social. Para que esto suceda, desde el partido exigen "el desalojo inmediato de Can Vies" después de las macrofiestas y las situaciones violentas que tachan de "intolerables". Respecto a esto, Ramírez asegura a Metrópoli que hay una clara “permisividad” de Colau y el Ayuntamiento con los okupas, a quienes se les permite hacer todo tipo de actos “sin consecuencias”.
Por su parte, el concejal de ERC en el distrito de Sants-Montjuïc, Jordi Castellana, critica la inacción del gobierno municipal ya que, después de ocho años desde que estalló el conflicto, “no ha tomado la iniciativa”. Los republicanos no cierran la puerta a salvar la finca si todo aquello que tenga que ver con propuestas para Can Vies también pasa por un consenso entre los vecinos del barrio y las entidades. “Can Vies es un icono y la decisión es demasiado importante como para hacer una valoración partiendo del apoyo de la mayoría”.
En términos parecidos a los del Partido Popular se expresa el grupo municipal de Valents, aunque desde una posición más dura. Eva Parera, la candidata a la alcaldía, pide al gobierno de Colau una inspección técnica de Can Vies debido a su “peligrosidad”. Parera ha explicado a este medio que exigen la inspección porque “los vecinos no se atreven, ya que tienen miedo y muchos viven amenazados”. La alcaldable denuncia que el edificio se ha convertido en el símbolo antisistema y okupa de Barcelona, por lo que exigen su derribo. En un pleno, Parera dijo que a Trias le temblaron las piernas cuando paralizó el derribo de Can Vies.
"COLAU FAVORECE LA POLÍTICA PRO OKUPA"
Ciutadans se posiciona en la misma línea que el Partido Popular y Valents. La formación naranja asegura a Metrópoli que Barcelona “se ha convertido en la ciudad con más okupaciones de España por la política pro okupa de Colau y el PSC”, explica el concejal Paco Sierra. El partido dirige la culpa del estado de Can Vies al mandato de Trias en 2014, ya que “no dio una solución al problema y hoy los vecinos siguen padeciendo las consecuencias del ruido, el incivismo y el vandalismo”. Por todo esto, Sierra asegura que solicitarán al Ayuntamiento de Barcelona que se haga cargo de la gestión del espacio y lo convierta en un equipamiento para mejorar la calidad de vida de los vecinos y que se “impidan celebraciones de fiestas y reuniones multitudinarias” como las organizadas durante las últimas semanas.
La consejera portavoz de Junts per Catalunya (JxCat) en el distrito de Sants-Montjuïc, Georgina Lázaro, ha cargado contra los comunes y los socialistas por ser "los únicos responsables del estancamiento y parálisis de la situación de Can Vies". Desde JxCat tachan de "ilegal" la okupación de la finca municipal, que supone una "privatización del espacio público para un colectivo determinado". Lázaro describe Can Vies como un lugar "con problemas de convivencia y civismo, además de la degradación física y social de la zona". "Estamos ante un gobierno que evita los conflictos y abandona a los vecinos del barrio", concluye la portavoz.
DESESPERACIÓN ANTE LAS FIESTAS ILEGALES
El debate sobre Can Vies vuelve a ponerse encima de la mesa después de las macrofiestas ilegales celebradas durante las últimas semanas. El pasado 18 de septiembre, centenares de personas se congregaron en el edificio y montaron una fiesta sin licencia ni seguridad. La macrofiesta incluyó una batucada y música a todo volumen que los vecinos tuvieron que aguantar hasta bien entrada la noche. Es una imagen habitual en Can Vies. A finales de agosto, el grupo municipal de Valents ya denunció otra fiesta ilegal.
A día de hoy, el centro continúa con su actividad. En él, se realizan todo tipo de celebraciones que derivan en actos incívicos --denuncian los vecinos-- que han acabado con su paciencia. Hartos, exigen la expulsión de los okupas y el derribo del edificio.