Los repartidores son incapaces de cuantificar la multitud de trabas que se encuentran diariamente a la hora de repartir en Barcelona: "Nos la jugamos cada día", aseguran muchos de los trabajadores preguntados por Metrópoli. Las zonas de carga y descarga se han convertido en territorio hostil para estos trabajadores que se ven obligados a sortear el tráfico y las multas para poder desempeñar su trabajo con normalidad. Metrópoli sale a la calle para conversar con ellos y conocer la magnitud de esta problemática. A la espera de datos oficiales que cifren cuantas zonas habilitadas para estos vehículos hay en la ciudad, los repartidores aseguran que cada vez hay menos, lo que les impide hacer su trabajo sin incidencias.
Las obras en vías tan transitadas como Consell de Cent, la pacificación de los chaflanes de l'Eixample, los carriles bici o las aceras ensanchadas son tan sólo algunos de los motivos por los que se han reducido estos aparcamientos. Además, los conductores critican que el tiempo del que disponen para realizar sus descargas, estipulado en 30 minutos, es insuficiente. Aseguran que el volumen de trabajo es muy superior al que pueden realizar en ese periodo de tiempo. En consecuencia, lamentan que no pueden desempeñar sus tareas sin interrupciones porque tienen que movilizar los vehículos.
PLAZAS DUM LIMITADAS Y TIEMPO INSUFICIENTE
Todos los trabajadores que distribuyen mercancías consultados por este medio coinciden en que las plazas de Distribución Urbana de Mercancías (DUM) son insuficientes. La normativa del Ayuntamiento de Barcelona concreta que en estas zonas pueden estacionarse camiones, furgonetas y vehículos mixtos de dos plazas, tal como indica la señalización. Además, también pueden aparcar los minusválidos. Los conductores deben indicar el inicio y el fin del estacionamiento a través de una aplicación. Transcurridos los primeros 30 minutos, deben abandonarlo para que otro usuario pueda beneficiarse.
La normativa es clara y el descontento entre los trabajadores que se amparan en esta, unánime. Las obras en algunas de las calles más transitadas, los giros obligatorios en Consell de Cent o los cambios en la dirección de algunas calles se han convertido en el dolor de cabeza de los repartidores. En el siguiente vídeo, Metrópoli mide el grado de preocupación de este colectivo y pregunta cuál es la principal demanda entre los conductores.