Una discoteca con más de 30 años de historia ha cerrado sus puertas para siempre este sábado, 14 de enero. Se trata de la sala Merlin, una de las más conocidas del Parc i la Llacuna del Poblenou. "No nos renuevan el contrato porque quieren aprovechar el espacio para poner unos pisos de alquiler", lamenta uno de los propietarios a Metrópoli.
MAYO DE 1992
Esta discoteca histórica está situada en la calle de Àvila, abrió sus puertas por primera vez el 15 de mayo de 1992. El sábado, 14 de enero, es el último día que se podrá entrar en la sala: "Merlin se acaba. Ven a disfrutar de nuestras dos últimas sesiones. Gracias por estos años", explica la discoteca en una publicación en redes sociales, en la que han explicado los motivos del cierre.
SIN RENOVACIÓN DE CONTRATO
Tal como afirma Merlin a este medio, no les quieren renovar el contrato porque quieren poner pisos de alquiler: "A través de una Junta de Compensación aprobada por el Ayuntamiento de Barcelona, un fondo inversor se queda nuestro local y el gobierno municipal se quedará con un 10%. Nos vamos completamente en contra de nuestra voluntad", lamenta uno de los socios.
TRES DÉCADAS
La discoteca Merlin tiene tres socios que han luchado para que no se cierre esta sala con más de 30 años de historia en Barcelona: "Nos hemos quedado sin trabajo tres hombres de 60, 59 y 57 años. No nos han dado otra alternativa. No nos han dado ninguna posibilidad y no tenemos derecho a nada", aseguran los propietarios de la sala.
Según explican ellos mismos, intentaron mediar con el gobierno municipal para conseguir otro local donde poder seguir con la discoteca. No obstante, esta petición también la denegaron: "Ellos nunca quieren nada, te avasallan y no te dan ninguna alternativa. No nos queda otra, pero lo hemos intentado de todas las maneras".
MERLIN
En estos 30 años de historia en la capital catalana, les habían renovado el contrato en dos ocasiones distintas sin poner ningún tipo de problema. "Para nosotros, todo esto es muy fuerte. No tenemos a dónde ir y el consistorio no nos quiere ayudar", concluye uno de los propietarios que, igual que el resto de sus socios, se queda sin trabajo después de 30 años.