El Govern de la Generalitat ha elevado la alerta por sequía en la fase de excepcionalidad en el Ter-Llobregat este martes. La situación aumentará las restricciones de agua en Barcelona y en el área metropolitana.
Desde el pasado 23 de noviembre, las fuentes ornamentales que funcionan con agua potable están paralizadas. Además, se prohibió llenar piscinas privadas que no tengan un sistema de recirculación.
NUEVAS MEDIDAS
La sequía, que afecta a gran parte de Catalunya, aumentará las restricciones de agua en Barcelona y en 223 municipios más. Este martes se ha anunciado que a partir del jueves se limita el consumo de agua a 230 litros por habitante y por día, y se reduce la dotación de riego agrícola en un 40%, o la substitución de parte de los caudales destinados a riego agrícola por aguas regeneradas.
También se disminuye un 15% el agua destinada a usos industriales, y queda prohibido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes. Por otra parte, no se podrá regar la hierba excepto en superficies destinadas a práctica federada de deporte, o aquel riego que se haga reutilizando aguas de lluvia recogidas de los tejados o bien agua regenerada de las depuradoras.
No se podrá limpiar las calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas o edificios con agua potable y solo se puede hacer llenado parcial de piscinas de agua dulce que dispongan de sistemas de recirculación y siempre con las cantidades mínimas para garantizar la calidad sanitaria del agua.
200 AÑOS
Barcelona vive una situación preocupante: está ante la sequía más intensa de los últimos 200 años. Este año las lluvias han caído en picado y los acuíferos se han vaciado hasta menos del 40% de su capacidad. La situación de las reservas de agua en Catalunya es delicada y, tal como explicó Teresa Jordà, consellera de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, están al 33%. La zona del Ter-Llobregat es una de las más importantes de la comunidad autónoma, ya que abastece a más de cinco millones de personas.