Actuación contundente de la Guardia Urbana de Barcelona en los búnkeres del Carmel. Unos 25 agentes, tal y como el consistorio prometió, se han movilizado este domingo, 26 de marzo, en el Turó de la Rovira para poner freno a las fiestas que llevan meses despertando la indignación de los vecinos de la zona. 

Decenas de jóvenes se han concentrado este fin de semana, como ya es habitual, en los búnkeres con alcohol y música. En esta ocasión, la Guardia Urbana ha procedido al desalojo de la masa y ha comenzado a multar a quienes consumían en la vía pública.

REFUERZO POLICIAL

Las protestas y la insistencia de los vecinos, especialmente los residentes de las calles de Gran Vista, Muhlberg, Dr Bové y Marià Lavèrnia, entre otras, ha hecho que el Ayuntamiento de Barcelona se comprometiese a reforzar la presencia policial en la zona.

Aún así, las fiestas se siguen promocionando viralmente a través de las redes sociales. La de este domingo era una de ellas, aunque el anuncio a bombo y platillo ha permitido la rápida intervención del cuerpo local de policía.

"DESMADRE"

Con todo, tras el desalojo y la retirada de los efectivos, los búnkeres del Carmel han vuelto a llenarse de gente, tal y como han explicado algunos vecinos a Metrópoli. En estos momentos, dicen, "empieza el desmadre".

Por ello, el grupo de residentes piden que la dispersión de los jóvenes se efectúe sobre las 22:00 horas, como ya se hace en otros puntos calientes como el Macba o Plaça Reial.

RUIDO Y PELEAS

Y es que no es raro que, además del ruido, los malos olores, producto de que la gente orina en la calle, la suciedad de los restos de botellas y latas e incluso las peleas, formen parte del pan de cada día. Incluso, relatan, durante el pasado verano se dieron casos de agresiones a vecinos y anécdotas como que, a altas horas de la madrugada, jóvenes picaban a las puertas de los domicilios para pedir alcohol, hielo o preservativos.

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