La constructora leridana Benito Arnó acaba de llevarse un suculento contrato del Ayuntamiento de Barcelona por más de 9,7 millones de euros. Es el coste que tienen las obras de arquitectura y estructura de la ampliación del pabellón polideportivo Illa, ubicado en la calle Numància, al lado del centro comercial Illa Diagonal. En realidad, el contrato se lo llevó una unión temporal de empresas (UTE) formada por Arnó Infraestructuras y por Benito Arnó e Hijos, ambas sociedades pertenecientes al mismo grupo industrial, por lo que todo queda en casa.
Lo curioso del caso es que el grupo Benito Arnó aparece en varios sumarios judiciales que han creado polvareda los últimos años. Uno de ellos es el sumario conocido como del 3%, que investiga la financiación irregular de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) a través de comisiones de las constructoras a cambio de adjudicaciones de obra pública.
EL CASO DE GLÒRIES
No es único sumario donde aparece: la misma constructora fue una de las beneficiadas con la adjudicación de las obras de los túneles de Glòries por el Ayuntamiento que entonces estaba en manos de Convergència, un macrocontrato que ascendía a más de 65,6 millones de euros. Tras la llegada de Ada Colau al consistorio, el contrato fue rescindido después de que se encontrasen con que el trazado de las obras había sido mal calculado. Las cuatro empresas adjudicatarias (Comsa, Copisa, Benito Arnó e Hijos y Rogasa) fueron expulsadas de la obra y demandaron a la empresa municipal BIMSA. Un juzgado sentenció a favor de los demandantes, condenando a la empresa pública a abonar más de 3 millones de euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios y otros 574.628 euros en concepto de obra ejecutada.
Pero la historia de Benito Arnó e Hijos va indisolublemente unida a la de su director general, Joan Albert Arqués, un empresario muy cercano a Artur Mas, tanto que los matrimonios salían juntos muchos fines de semana. Los investigadores encontraron anotaciones en las agendas de algunos de los imputados en las que constaban reuniones de alto nivel de representantes de las empresas constructoras con altos responsables de las Administraciones municipal de Barcelona y autonómica. “Arqués ha sido uno de los empresarios que se concertó de modo encubierto con altos cargos del partido político CDC y otros cargos de índole política para obtener la adjudicación ilícita de concursos públicos a cambio de entrega de 'donaciones' a fundaciones ligadas a CDC (Catdem y Fòrum Barcelona), con la finalidad de financiar ilegalmente el partido político”, dice un auto de la Audiencia Nacional sobre el caso.
LA OBRA DEL PUERTO
Este mismo auto resalta que Arqués “resulta investigado en el caso Plaza Glòries”. Además, se investiga la adjudicación de las obras del Dique del Este. Esta obra fue adjudicada por el Puerto de Barcelona, que en aquel momento estaba ocupada por Sixte Cambra, íntimo amigo del entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas. La obra estaba presupuestada en más de 36,6 millones de euros y fue encargada a un pool de empresas, entre las que se encontraba Benito Arnó e Hijos. Una vez adjudicada la obra, hubo una donación de 25.000 euros a cada una de las dos fundaciones citadas ligadas a Convergència.
Arqués también se ha visto implicado en otro reciente escándalo: el del caso Ambulancias, un sumario abierto el pasado mes de febrero que provocó el registro de varias oficinas de empresas adjudicatarias del macrocontrato de transporte sanitario. Se investiga si el concurso fue amañado en 2015 para adjudicar una parte del negocio a empresas cercanas a CDC. Arqués fue uno de los empresarios que se posicionó para comprar Ambulancias Egara, una de las compañías adjudicatarias, aunque el empresario adujo que se retiró del negocio tres años antes del concurso. Aun así, el juez le ha tomado declaración junto a su exsocio David Madí, que también participaba en la compra de Ambulancias Egara.
21 MESES PARA HACER EL TRABAJO
Pese a todos los escándalos que el grupo constructor ha ido encadenando durante la última década, dos de sus empresas se han hecho ahora con un suculento contrato de construcción de una segunda pista del polideportivo en la zona alta de la ciudad, que deberá tener listo en 21 meses. El contrato fue licitado por la empresa pública BIMSA, curiosamente la misma contra la que Benito Arnó había pleiteado tras la rescisión del contrato de Glòries. “El nuevo volumen se coloca sobre la planta baja de la escuela Santa Teresa de Lissieux, se propone una volumetría ligera y translúcida que contrasta con la base de piedra roja y actúa como elemento de transición con el gran volumen blanco del Centro Comercial l’Illa”, dice una memoria justificativa de la obra. Aunque el presupuesto ha sido cerrado en más de 9,7 millones de euros, las bases del contrato dejan abierta la puerta a una modificación de los costes de hasta el 20% adicional, lo que supone prácticamente casi 2 millones de euros.
Paralelamente a esta adjudicación, BIMSA también licitó otro concurso que se llevó la compañía Gestión Integral de Instalaciones por algo más de 1,5 millones de euros. El trabajo de esta empresa es el de realizar las obras de las instalaciones del pabellón. Para ello, dispondrá de 12 meses de plazo.