La ola de calor, con temperaturas superiores a los 30 grados, convierte las aulas en auténticos hervideros. De nada sirve tener las ventanas abiertas ni tampoco los ventiladores que el Departament d’Educació y el Ayuntamiento han instalado en varios colegios de Barcelona. Los docentes inciden en que los centros educativos no se han diseñado para soportar altas temperaturas. Los veranos se alargan cada vez más y los alumnos y profesores soportan durante meses temperaturas que ponen “en grave riesgo su salud e imposibilitan el aprendizaje”.
El curso pasado acabó con las aulas a temperaturas extremas, algo que ni las familias ni los sindicatos querían repetir este curso. A pesar de las reivindicaciones, no ha sido hasta un mes antes de terminar las clases que Educació no impulsó un plan de choque contra el calor. Un plan que, según las Asociaciones de Familias de Alumnos de Barcelona (AFA) es “insuficiente”. A las criticas se suma el sindicato educativo USTEC Barcelona, que asegura que el subministro masivo de ventiladores "no sirve para nada" porque lo único que hace es "mover el aire caliente y disminuir mínimamente la sensación térmica de la persona que está delante".
INCUMPLIMIENTO NORMATIVA
La propuesta por parte de la conselleria es la creación de refugios climáticos. En Barcelona, el Consorci d'Educació anunció que instalaría aire acondicionado en 26 escuelas e institutos durante el mes de junio. Los aparatos se colocan en espacios comunes, como las bibliotecas o los comedores, que se convierten en 'islas frescas' que pueden compartir los alumnos a lo largo del día. Para USTEC, se trata de una medida inviable. "¿Cómo irán los alumnos, por turnos?", se pregunta Yolanda Segura, que añade que es una solución muy poco respetuosa con el medio ambiente.
Desde los sindicatos también denuncian el incumplimiento de la normativa de salud laboral, que establece que no se puede trabajar en interiores a una temperatura superior a 27 grados. "Muchos edificios cierran si se supera este valor, pero nadie piensa en los colegios y nosotros tenemos que aguantar", lamenta Segura a este digital.
FALTA DE CONCENTRACIÓN
A las altas temperaturas meteorológicas se le suma la corporal. Actualmente, uno de los problemas más graves en los centros educativos son las ratios elevadas. “En clases con 25 y 30 alumnos y a más de 30 grados es insufrible", aseguran desde USTEC. Este calor extremo también incide en la concentración de los alumnos. Los sindicatos avisan desde hace tiempo de que las escuelas e institutos “no están acondicionadas para combatir el calor”, recalcan desde USTEC. Los docentes reconocen sus dificultades para conseguir que los jóvenes se concentren, especialmente en semanas intensas, cuando “a todos nos cuesta todavía más hacer clase”.
MÁS PRESUPUESTO
Las clases terminaron el pasado 22 de junio, pero la lucha para conseguir mejores condiciones en las escuelas no ha terminado. Desde la AFA exigen “una respuesta contundente” de cara al próximo curso. Las familias piden a las administraciones que la climatización de las escuelas sea un tema “”prioritario” que se aborde “con celeridad y un presupuesto ambicioso”. Un presupuesto que el Consorci de Barcelona estima en unos 100 millones de euros, una cifra que las familias consideran escasa y reclaman tanto a la Generalitat como al consistorio barcelonés invertir más en los colegios de la ciudad.
Además de un presupuesto insuficiente, las familias critican que el Consorci presentó un plan “cuyos tiempos no se adecuan a la urgencia del problema”. La emergencia climática actual deja en evidencia la necesidad de promover medidas más efectivas lo antes posible. “¿Por qué las escuelas tienen que ser los únicos edificios públicos sin climatizar?”, se pregunta Marta Aparicio, miembro de la AMPA de la Escola Antoni Balmanya. "Los veranos se alargan cada vez más, y los niños y el personal educativo están soportando durante meses temperaturas que ponen en grave riesgo su salud e imposibilitan el aprendizaje", protesta.
PROTESTAS
De nuevo, la conselleria de educación vuelve a suscitar críticas entre el profesorado, sindicatos y familias, que acumulan motivos para protestar. De hecho, el pasado 21 de junio, varias escuelas de Barcelona cortaron la avenida de la Meridiana para reivindicar más implicación en la climatización de las aulas y combatir el calor. Un centenar de familias se concentraron con pancartas en las que se podía leer "Queremos aulas, no saunas" y "Stop calor en las aulas". Si las condiciones no mejoran, el inicio del curso que viene podría estar marcado, de nuevo, por huelgas educativas.
Al cierre de este artículo, ni el Consorci d'Educació de Barcelona ni el Departament d'Educació han respondido a las preguntas de este medio.