Todos a una. Los trabajadores de la fábrica de Miquel y Costas & Miquel, que trabaja para varias marcas tabaqueras y producen el papel que compone las Biblias y Coranes, llevan casi tres meses en huelga para protestar por sus condiciones laborales y reclamar el fin de lo que consideran contratos precarios, una estrategia que comenzó en 2014 y se mantiene hoy en día con el último cambio de director, Jordi Mercader Barata.
El delegado sindical de CGT, Juan Guisado, ha relatado a Metrópoli que la fábrica se encuentra inmersa en un conflicto porque, con el paso de los años, se han establecido grandes diferencias entre los contratos de los trabajadores veteranos y los más nuevos. Los más noveles cobran menos, cobran peor y trabajan igual que aquellos más experimentados pese a desarrollar las mismas funciones. Y es que se ha establecido lo que llaman una "doble" -- e incluso, en ocasiones, "triple" -- escala salarial que implica que puede haber diferencias de hasta 6.000 euros anuales entre compañeros, dependiendo de si se les contrató antes o después de 2014.
DOBLE ESCALA SALARIAL
"Los contratos más nuevos no se encuentran en la misma categoría laboral, lo que permite que se les pague menos. Las pagas están prorrateadas y no se les abona ni el 100% de estas, ni los complementos por maquinaria encendida, por nocturnidad o por festivos", detalla. Pero no solo eso: en una de las secciones de la empresa los trabajadores están contratados a 7:45 horas para "no tener que pagar los 15 minutos que se corresponden con el descanso de la comida". Para salvar este escollo, estos trabajadores llegan a final de año con una deuda que equivale a siete días, tiempo que tienen que trabajar para poder ajustarse al cómputo de horas marcadas por convenio laboral.
En otra, directamente, los trabajadores cobran por día trabajado "como si fuera una ETT, por lo que no perciben remuneración por los fines de semana". Estos, por tanto, solo cobran por unos 20 - 22 días trabajados al mes.
CALOR INSOPORTABLE
Dentro del recinto, denuncian que existe un grave problema con el calor, algo que se acrecienta sobre todo en los meses de verano, pero que puede notarse también tanto en primavera como en otoño. Explican que tanto la maquinaria como las instalaciones no están acondicionadas y no poseen un sistema de refrigeración adecuado. Asimismo, desde instancias superiores se ha dado la directriz de trabajar a puerta cerrada, por lo que no hay ventilación natural.
Así las cosas, "no es extraño que se alcancen temperaturas en el interior que lleguen a los 38 °C y tengamos que seguir trabajando, algo que, sencillamente, no se puede hacer", y lamentan desde el sindicato que este mismo año han tenido varios casos de trabajadores que han sufrido sofocos y golpes de calor que han causado desmayos. Como contramedida --y ante las reiteradas exigencias de la plantilla-- se han instalado varios ventiladores. "El problema es que no solucionan nada", critican, porque "solo mueven el aire" pero no refrigeran cuando se alcanzan temperaturas tórridas.
UNIÓN SINDICAL
Para combatir esta precarización que afecta solo a "la mitad de la plantilla", todos los trabajadores, incluidos los encargados, se han unido y llevan casi tres meses haciendo parones en estas instalaciones ubicadas a orillas del río Besòs, en el barrio de la Trinitat Vella. "Esto es por los nuevos. Los más veteranos no ganamos nada", aseveran. Mientras tanto, todos los miércoles la producción se reduce a cero.
"Todos los sindicatos nos hemos unido para hacer presión". El comité de empresa está formado por UGT, CCOO y CGT. Además, USOC también tiene representación pese a estar fuera de la mesa y "nos está apoyando de una forma bestial". Con todo, consideran que se está vulnerando el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, que protege la negociación colectiva y sienta las normas de los cambios de condiciones laborales.
NEGOCIACIONES EN MARCHA
Las conversaciones han comenzado, sin embargo, con el pie izquierdo. Las fuentes consultadas explican que no fue hasta la octava semana de huelga que un representante de la empresa estableció contacto para preguntar "qué es lo que querían". Desde entonces, las conversaciones se encuentran estancadas. "Nos pidieron que durante las negociaciones dejáramos la huelga, algo a lo que nos negamos", explican.
Preguntados por este medio, desde Miquel y Costas explican que las reuniones se siguen produciendo y que se programó para el pasado martes un nuevo encuentro entre los representantes de la empresa y los trabajadores para desencallar la situación. Sin embargo, CGT ha explicado que desde la compañía "no veían una doble escala salarial" y que planteaban abonar el 100% de las pagas basándose en el absentismo laboral de los dos próximos años.
Dicho de otra manera, la empresa se compromete a pagar el 100% de las pagas siempre que el trabajador, en los dos próximos años, no falte a su trabajo con un máximo del 2% de las jornadas, es decir, 4,7 días. "Si requieres de hospitalización o te nace un hijo ya se pierde este derecho", critican, por lo que han decidido no aceptarlo. Por el momento, continuarán los parones todos los miércoles.
UNA EMPRESA BICENTENARIA
Miquel y Costas & Miquel es una empresa cuyos orígenes se remontan al año 1754, siendo una de las compañías más antiguas de España. En su fábrica del Besòs producen sobre todo productos como el papel y derivados. De hecho, en esta planta se hace el papel de fumar de la marca Smoking y los filtros para marcas como Phillip Morris, entre otros. Esta selección de productos supone el aproximadamente 60% de las ventas de la empresa.
Otros de los productos con base de celulosa que se producen son el papel que se utiliza para los votos en las elecciones y libros religiosos como la Biblia y el Corán, así como las bolsitas del té. Actualmente, el grupo empresarial está integrado por 15 empresas que operan y distribuyen en hasta 130 países. El pasado jueves la compañía declaró que entre enero y junio ganaron 24,3 millones de euros de beneficios y experimentaron un crecimiento del 38,3% con respecto al mismo período de 2022. La tendencia alcista de la empresa, sin embargo, podría desacelerarse o incluso tener fin, ya que el parón de la producción, aseguran fuentes sindicales, está causando mella. "Sabemos que les estamos haciendo mucho daño, así que depende de ellos", avisan.