La avenida del Paral·lel se ha convertido en la zona 0 de los multirreincidentes de Barcelona. "Este no es un lugar seguro, estamos hartos de ver cómo roban diariamente y que nunca les pase nada", lamenta un trabajador del Poble-sec a Metrópoli. Los empleados del barrio se conocen sus caras de memoria, ya que siempre suelen ser los mismos: jóvenes de origen marroquí perfectamente organizados para robar al descuido.
Normalmente, no utilizan la violencia para atracar a sus víctimas, pero en caso de que estas se resistan, no dudan en emplearla para conseguir su objetivo. Tienen dos tipos de víctimas predilectas: los turistas de origen asiático y los clientes de la sala Apolo.
Akram --con un nombre anónimo-- es natural de Pakistán y llego a Barcelona hace más de 30 años. Al poco tiempo, abrió un bar en la avenida del Paral·lel y, con el paso de los años, ha sido testigo de cómo se ha ido degradando la zona. Tal como se puede ver en el vídeo, dos ladrones entran en su local y, en cuestión de pocos segundos, despistan a un hombre japonés para quitarle el teléfono.
Esta escena no es algo inusual. "En más de una ocasión me han insultado y amenazado por enfrentarme a ellos", dice Akram, que lamenta que las leyes españolas sean tan laxas con este tipo de delincuentes. El hombre es consciente de que la avenida del Paral·lel es uno de los lugares favoritos de los ladrones. Es por este motivo que se ve obligado a advertir a la clientela de que vigilen cuidadosamente sus pertenencias. "Es una pena que sigan pasando estas cosas. El problema es que los detienen, pero a los dos días vuelven a estar en libertad haciendo exactamente lo mismo, y así llevamos años y años", lamenta Akram.
LOS HURTOS EN APOLO, UNA REALIDAD DIARIA
Andrea --otra mujer anónima-- es recepcionista en el Hotel Autohogar, en las inmediaciones de la discoteca Apolo. En unas declaraciones en este digital, explica que los hurtos a los jóvenes de la sala Apolo son diarios. La hora preferida de los ladrones es a las 7:00 horas, que es justo cuando se acaba la fiesta. Es a partir de ese momento cuando se acercan a las personas que se encuentran bajo los efectos del alcohol y aprovechan para quitarles el móvil y la cartera.
"Suelen ser marroquíes que actúan en grupos de entre cuatro y cinco personas. No tienen un patrón fijo:a veces van en patinete eléctrico, otras, a pie", dice Andrea, que está harta de ver este tipo de sucesos de manera cotidiana. La presencia de turistas y la sala Apolo son dos factores que convierten la avenida del Paral·lel en uno de los lugares favoritos de los multirreincidentes, pero no los únicos. El hecho de que esté tan cerca del Raval, provoca que los problemas de seguridad que hay en ese barrio se acaben trasladando al Poble-sec.
LA UBICACIÓN PERFECTA
También hay que tener en cuenta las posibilidades que tienen los ladrones de huir. La céntrica avenida conecta con muchas calles con una orografía perfecta para esconderse de la policía. Las fuentes consultadas lamentan la poca presencia de los Mossos y la Guardia Urbana, y más teniendo en cuenta que todo el mundo sabe los horarios y las zonas donde más suelen actuar. "Imagino que también se deben sentir impotentes, tiene que ser horrible detener una y otra vez a la misma persona y que la Justicia no haga nada", concluye Akram.
A pesar de que los turistas y las personas que salen de fiesta son sus víctimas favoritas, no son las únicas. Valentina es vecina del Poble-sec y, a los pocos días de instalarse en el barrio, le robaron el móvil. Hubo un forcejeo para evitarlo, pero, al final, el ladrón se acabó saliendo con la suya. "Subí corriendo a casa para localizar el iPhone desde el ordenador, pero ya salía que el móvil estaba apagado. Durante una temporada, estuvieron enviando mensajes a mi familia y a mí para conseguir la contraseña del iCloud. Un año después, mi iPhone estaba en Marruecos", concluye Valentina.
PATRULLAJE A PIE, UNA SOLUCIÓN
Sergi Gázquez, portavoz de la Associació de Veïns del Poble-sec, asegura que este problema no es algo nuevo y que, desde hace tiempo, se ha convertido en una realidad en el barrio. Preguntado por una posible solución, reivindica la necesidad de que la Guardia Urbana y la policía autonómica hagan patrullaje a pie por las zonas más calientes, ya que sería una manera de prevenir que se cometan más delitos.
Metrópoli se ha puesto en contacto con los Mossos d'Esquadra para conocer los datos de la delincuencia en la avenida del Paral·lel, pero no disponen de las cifras de la criminalidad de esta zona.