Llucià Homs, Miquel Molina, Xavier Marcé y Fèlix Riera, en el hotel Alma

Llucià Homs, Miquel Molina, Xavier Marcé y Fèlix Riera, en el hotel Alma MA

El pulso de la ciudad

La Barcelona cultural vibra: "hay iniciativa privada y una oferta interdisciplinar"

El proyecto de reflexión cultural Hänsel i Gretel, que cumple siete años, ofrece su dignóstico sobre la ciudad con la convicción de que vive uno de sus mejores momentos

6 junio, 2024 23:33

Sin complejos, o más bien una toma de conciencia sobre una realidad que "es mejor que la que se suele pensar". La Barcelona cultural vive un buen momento, a juicio de los impulsores del proyecto de reflexión cultural Hänsel i Gretel, Llucià Homs y Fèlix Riera. Los dos, junto con el periodista Miquel Molina y el concejal de Cultura, Xavier Marcé, que se incorporó en la parte final del acto, ofrecieron el marco en el que se mueve la cultura hoy en Barcelona. Una primera idea es que "hay iniciativa privada, y funciona, y es importante, después de unos años donde eso no se tenía claro", en palabras de Riera. 

En el jardín del hotel Alma, con numerosos asistentes, entre ellos la CEO del Grup Focus, Isabel Vidal, escritores y gestores culturales, y editores, como Daniel Fernández, Hänsel i Gretel hizo un balance de sus siete años de vida, con publicaciones constantes en formato digital y con una publicación anual en papel. El proyecto se basa en la idea de que la reflexión cultural puede impulsar la ciudad, en que Barcelona, por sí misma, es una realidad donde "está la acción, donde deben pasar cosas". En contra de la idea que ha predominado en algunos círculos culturales en los últimos años, la ciudad no puede ser un vergel o una especie de balnerario. En las urbes hay choque, hay polémicas, hay actividad, y de eso se nutre toda la sociedad. Ese es el principio que guía el proyecto de Homs y Riera. 

Lo que se señaló en el hotel Alma es que en Barcelona hay hoy "gestores culturales" que tienen claro que la cultura debe ser un proyecto empresarial, que debe ser viable, y que lo que aporta beneficia a todos. Lo analizó también Miquel Molina, que se encarga de fiscalizar esa evolución cultural en las páginas de La Vanguardia. Lo que sucede, en todo caso, es que los grandes equipamientos culturales pasan por "una crisis de representatividad". Lo apuntó Riera, al entender que tanto el MNAC, como el Macba, o la Virreina, todos "se preguntan cómo deben ser representadas". La máxima que impera, o que se debería asumir, insistió Riera, es que es la iniciativa privada la que impulsa la ciudad, la que dinamiza la urbe, y que eso será también una señal de la viabilidad de las distintas propuestas. 

Asistentes al acto de Hänsel i Gretel en el hotel Alma

Asistentes al acto de Hänsel i Gretel en el hotel Alma MA

En esa línea también se pronunció, precisamente, el concejal Xavier Marcé, que llegaba de un acto en una biblioteca de la Meridiana que ha cambiado su nombre por el de la periodista recientemente fallecida Mària Sánchez. "En los últimos años se creó una cierta confusión sobre la supuesta necesidad de que impere la iniciativa pública --en una alusión al mandato de Ada Colau-- pero hemos tenido claro que debe haber un lugar importante para el sector privado, y siempre, claro, teniendo en cuenta que el sector público tendrá una función determinada y clara".

Lo fundamental, como indicaron tanto Molina como Riera, es que cualquier gestor cultural deberá tener presente la importancia de un público que llega de fuera. Es decir, si se desea ampliar un equipamiento, si se desea impulsar un proyecto, habrá que contar con los turistas, porque son un público potencial, y no solo lo será el vecino local. Sin que eso deba condicionar, tampoco se puede cerrar los ojos a esa realidad, a juicio de Riera. 

Llucià Homs, Miquel Molina, Xavier Marcé y Fèlix Riera, en el hotel Alma

Llucià Homs, Miquel Molina, Xavier Marcé y Fèlix Riera, en el hotel Alma

Pero, ¿por qué es un buen momento? El público del teatro, de las exposiciones, el número de librerías, la oferta musical, todo está en alza. Y, principalmente, la mejor característica de Barcelona es hoy "su interdisciplinaridad". Riera insistió en que eso se implementa en festivales como el Sónar, donde la música se fusiona con el arte y la tecnología. "No hay ciudades que puedan competir en eso", remachó Molina. 

El gran peligro es que los tiempos políticos que corren puedan forzar un destino distinto para la cultura en Barcelona. "No he visto nunca ni una sola estatuta que elogie el orden", señaló Riera. Y lo que llega es "una demanda de orden, con lemas que vemos como 'Se acabó la fiesta', o 'Basta ya'". Para uno de los impulsores de Hänsel i Gretel, "Barcelona y la cultura en todo su conjunto deberán saber reaccionar ante esa corriente". 

¿Crisis en Barcelona en el campo cultural? Connais pas, a juicio de los presentes en una calurosa tarde en el jardín del Hotel Alma.