Cestería Castell

Cestería Castell Barcelona Singular

El pulso de la ciudad

El comercio más antiguo de Sarrià cierra sus puertas para siempre tras casi 200 años de historia en Barcelona

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Cada vez quedan menos comercios centenarios en Barcelona. Una de las pérdidas más dolorosas para la capital catalana ha sido el cierre de la Cestería Castell, el comercio más antiguo de Sarrià que ha bajado la persiana tras más de 200 años en la ciudad.

Ubicado en la calle Major, 116, fue fundado en 1830 por Jaume Vila i Pou y ha sido, desde sus inicios, un ícono de la cestería en fibras naturales.

En sus estanterías, los clientes podían encontrar una amplia variedad de objetos artesanales elaborados con mimbre, enea y palma. Ahora, lamentablemente, ya no queda ni su rótulo, tal como informa la cuenta @Bcnsingular en Twitter. 

Fibras naturales

Hasta ahora, la responsable del negocio era Concepción Rialp, quien llevaba 50 años trabajando en la tienda y se especializaba en la reparación de sillas hechas con fibras naturales. El local estaba lleno de cestas y sillas, creando un ambiente acogedor.

Además de la reparación, ofrecían utensilios de limpieza de fibras naturales, que son cada vez más difíciles de encontrar. Tenían escobas, como la escoba española, hecha de caña y palma, que era ideal para barrer dentro de casa. 

En la cestería también se podían encontrar sacudidores de piel de oveja, que eran útiles para limpiar barandillas de madera y hierro. Estos sacudidores estaban hechos de badana y permitían quitar el polvo con un fuerte golpe. Asimismo, ofrecían pequeñas escobillas para limpiar chimeneas y brochas para pintar con cal las paredes.

Calzado tradicional

El calzado tradicional catalán también estaba presente en la tienda. El comercio vendía tanto las típicas alpargatas como zapatillas de estar por casa hechas de pana, modelos para enfermeras y mujeres del servicio.

La Cestería Castell era un refugio para quienes apreciaban el olor del mimbre, la enea y la caña. Su cierre supone el fin de un comercio donde la esencia de los utensilios de fibras naturales formaban parte de la vida cotidiana durante el siglo XX.

Este cierre se suma a la desaparición de otros comercios emblemáticos de la capital catalana, como la Antiga Casa Sala -- la primera bisutería de Barcelona--, la Tapicería Gancedo o la Casa Gallofré