Personas caminan por delante los icónicos quioscos de las ramblas

Personas caminan por delante los icónicos quioscos de las ramblas PABLO MIRANZO (MA)

El pulso de la ciudad

De vender periódicos a cafés y comida: los quioscos de Barcelona se reinventan para sobrevivir

Con un 40% menos de quioscos, los vendedores amplían su oferta y buscan nuevas fuentes de ingresos en un entorno cada vez más digital

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Los quioscos, que durante décadas han sido un punto de referencia en las calles de Barcelona, se encuentran hoy en día en una situación crítica. La caída en las ventas de prensa escrita, causada por el auge imparable de los medios digitales y las redes sociales, está poniendo contra las cuerdas a estos pequeños negocios. 

En Barcelona han desaparecido un 40% de los quioscos. Actualmente, quedan 287 paradas en la ciudad, 51 menos que en 2018, y no todas están activas: 25 permanecen vacantes y otras nueve forman parte de un proyecto gestionado por el Institut Municipal de Persones amb Discapacitat (IMPD), según datos del Ayuntamiento. A pesar de estos números, los quiosqueros que siguen en pie se están viendo obligados a cambiar su estrategia para adaptarse a los nuevos tiempos y mantenerse a flote.

Jordi Bastardas, vicepresidente de la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa en Barcelona, lo explica con claridad: "Antes, la prensa era el eje de nuestro negocio. En 2008, un 95% de los ingresos venían de la venta de periódicos y revistas. Hoy ha bajado hasta un 40%, y sobrevivimos gracias a otros productos y servicios". Estos "otros" ingresos a los que se refiere Bastardas incluyen desde la instalación de cajeros automáticos y lockers de Amazon en los quioscos, hasta la venta de bebidas, postales y la cada vez más importante publicidad en las fachadas de las paradas.

Nueva regulación para un sector en crisis

La Asociación de Vendedores de Prensa ha conseguido que el Ayuntamiento de Barcelona flexibilice las normativas que regulan los quioscos. Antes se obligaba a que un 80% de la actividad de estos negocios estuviera vinculada a la prensa, mientras que sólo el 20% podía dedicarse a la venta de productos no relacionados, como tabaco, chicles o bebidas. Ahora, este porcentaje ha sido modificado, y los quioscos pueden dedicar hasta un 49% de su espacio a productos no tradicionales, lo que les permite ampliar su oferta y explorar nuevas fuentes de ingresos.

Una de las opciones que los quioscos podrán implementar es la venta de café y comida no manipulada, es decir, autovending. Si bien Bastardas reconoce a Metrópoli que esta alternativa puede no ser la más importante en cuanto a ingresos, sí representa un cambio significativo para un sector que históricamente se ha centrado casi exclusivamente en la venta de prensa escrita. "Lo más relevante ha sido el cambio en los porcentajes de negocio. Nos permitirá desarrollar productos que no dependan de la prensa", afirma.

Quioscos en la Rambla

Quioscos en la Rambla EUROPA PRESS

En su búsqueda por adaptarse a la nueva realidad, también están negociando la posibilidad de instalar antenas 5G en los techos de sus paradas, una medida que les permitiría generar ingresos extra a través de acuerdos con empresas de telecomunicaciones. "Ya no podemos ganarnos la vida vendiendo sólo periódicos, así que buscamos alternativas", explica Bastardas, convencido de que este tipo de iniciativas son clave para el futuro del sector.

Adaptarse o desaparecer

A pesar de estos esfuerzos, el futuro del oficio en Barcelona sigue siendo incierto. La falta de relevo generacional y las condiciones laborales, a menudo duras y poco rentables, hacen que pocos jóvenes se interesen por este oficio. De hecho, la mayoría de quienes adquieren quioscos en la actualidad son inmigrantes, principalmente de origen pakistaní, que intentan mantener estos negocios en marcha a pesar de las dificultades, según Bastardas.

Entre otras medidas aprobadas y que ayudan a una mejora de las condiciones laborales es la flexibilización horaria. Hasta ahora los quioscos tenían la obligación de abrir un mínimo de ocho horas diarias, preferentemente de 7.00 a 15.00 horas de lunes a sábado y de 8.00 a 15.00 horas los domingos.

Uno de los quioscos en La Rambla con varios artículos

Uno de los quioscos en La Rambla con varios artículos EUROPA PRESS - David Zorrakino

Con el nuevo pliego se fija un horario mínimo de apertura de 9.00 a 14.00 horas para todos los días de la semana, a pesar de que se acepta que esto se pueda adaptar si el titular lo solicita en función del emplazamiento y el Ayuntamiento lo acepta.

La desaparición de los quioscos no solo supone la pérdida de un negocio tradicional, sino también de un espacio que forma parte del imaginario urbano. En un contexto donde la digitalización avanza a pasos agigantados, los quioscos de prensa intentan reinventarse para no desaparecer. Sin embargo, el camino no es fácil y su supervivencia dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas demandas del mercado y diversificar su oferta más allá de los periódicos y las revistas.