Dos tercios de los inquilinos barceloneses destinan más del 30% de sus ingresos al alquiler
- Siete de cada diez inquilinos dedican más ingresos de los recomendados a pagar la renta y los suministros
- Nueve de cada diez inquilinos en Barcelona tienen contrato de alquiler temporal
Las noticias siguen sin mejorar para los inquilinos. Según un informe del Institut de Recerca Urbana de Barcelona (IDRA), dos tercios de los residentes de la ciudad que viven de alquiler destinan más del 30% de sus ingresos mensuales al pago de la renta, un umbral por encima del límite adecuado para garantizar la estabilidad financiera de los hogares.
“Sobreesfuerzo” económico
En Barcelona, concretamente, el 64,8% de los inquilinos dedican más del 30% de los ingresos (el porcentaje recomendable) a los gastos de vivienda. En Madrid empeora:el mismo porcentaje lo superan el 69,7% de inquilinos.
En España, cerca del 40% de los hogares inquilinos se encuentran en situación de sobreesfuerzo y destinan más del 40% de sus ingresos al alquiler y gastos. "Este fenómeno es especialmente acuciante en las grandes ciudades, donde más del 50% de los hogares inquilinos destinan más del 40% de sus ingresos al alquiler".
Este porcentaje es aún mayor en algunos barrios con mayor demanda de vivienda, donde los precios han experimentado incrementos significativos.
Precios del alquiler según distritos
Los distritos más económicos son Nou Barris (767,11 euros de media), Horta-Guinardó (890,63 euros) y Sant Andreu (895,22 euros), que concentran el 22,49% de los contratos de alquiler.
Los barrios de precios intermedios como Sants-Montjuïc (938,93 euros), Ciutat Vella (1.039,02 euros), Sant Martí (1.088,20 euros) y Gràcia (1.130,09 euros) suman el 40,96% de la contratación de alquileres.
Y, sin sorpresas, los distritos más caros son L’Eixample (1.264,34 euros), Les Corts (1.381,64 euros) y Sarrià-Sant Gervasi (1.639,52 euros), donde los precios de la renta superan ampliamente la media de la ciudad.
Inseguridad residencial creciente
El tema no acaba aquí. La situación es más grave cuando se considera la alta rotación y la inseguridad residencial. El informe revela que más del 60% de los inquilinos en Barcelona han cambiado de vivienda en los últimos cinco años.
En muchos casos, las mudanzas han sido impulsadas por incrementos de precio o por la imposibilidad de renovar los contratos debido a la subida de los alquileres. Este fenómeno afecta principalmente a los más jóvenes, aunque también es notable entre las familias con hijos.
Prioridad a los intereses inmobiliarios
El informe destaca que las políticas públicas de alquiler en las últimas décadas han favorecido los intereses inmobiliarios por encima de la estabilidad de la población. Desde la promulgación del Decreto Boyer en 1985, que eliminó la prórroga forzosa de los contratos de alquiler, las reformas legislativas han permitido una mayor flexibilidad para los propietarios, pero a costa de una mayor incertidumbre para los inquilinos. "Las leyes han priorizado la rentabilidad del sector inmobiliario, lo que ha incrementado la inestabilidad residencial", señala el informe.
El documento también apunta que, aunque las reformas se justificaron bajo la premisa de que los alquileres indefinidos reducen la oferta, la realidad ha sido muy diferente. La oferta de viviendas en alquiler ha seguido cayendo durante décadas, hasta que la crisis económica de 2008 cambió la tendencia.
Según el IDRA, la duración del contrato, ya sea temporal o indefinida, no ha tenido un impacto significativo en la cantidad de viviendas disponibles, sino que ha sido la política pública la que ha condicionado la oferta de alquiler.