Una protesta de coches de autoescuela en Barcelona en una imagen de archivo
Las autoescuelas recuperan el pulso en Barcelona: más examinadores locales para aliviar las listas de espera
La falta de fechas para examinarse desborda la capacidad de los centros, que se ven obligadas a cerrar listas de inscripción o a mantener a los alumnos en espera durante meses
El precedente: Las autoescuelas de Barcelona, al límite: casi 50.000 alumnos en lista de espera y escasez de profesores
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El colapso para sacarse el carné de conducir en Barcelona ha alcanzado cifras sin precedentes. Las autoescuelas de la provincia acumulan casi 50.000 aspirantes pendientes de examen, una situación que mantiene al sistema en tensión desde hace meses.
El propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reconoció en el Congreso el pasado 8 de octubre la magnitud del problema y atribuyó parte del colapso al descenso en el número de aprobados, que ronda el 47%.
Según los datos del Ministerio, cada vez más alumnos suspenden tanto en la primera como en la segunda convocatoria, lo que agrava el embudo en las pruebas prácticas.
Imagen de archivo de una autoescuela de L'Hospitalet
Grande-Marlaska aseguró que Catalunya cuenta actualmente con 126 examinadores, una cifra que cubre el 82% de los aspirantes, y anunció un refuerzo “en las próximas fechas” hasta alcanzar 142 funcionarios para intentar paliar el atasco.
Una situación que viene de lejos
El bloqueo no es nuevo. Desde hace años, las autoescuelas denuncian que el sistema funciona al límite, con una falta estructural de examinadores que impide dar salida al volumen de alumnos.
Un profesor de autoescuela con más de diez años de experiencia lo resume con claridad en conversación con Metrópoli: “Esto no viene de ahora. Llevamos años arrastrando retrasos, bajas no cubiertas y una gestión lenta que nos ha llevado a esta situación”.
El docente reconoce que el día a día es frustrante tanto para los alumnos como para los profesores: “Intentas planificar clases, cuadrar turnos, pero no puedes admitir más alumnos porque no sabes cuándo van a examinarse los que ya tienes”.
Autoescuelas saturadas y sin margen
La falta de fechas para examinarse ha desbordado la capacidad de muchas autoescuelas, que se ven obligadas a cerrar listas de inscripción o a mantener a los alumnos en espera durante meses.
Una trabajadora de una autoescuela del Eixample lo explica a este digital: “Tenemos lista de espera para poder apuntar alumnos. No damos abasto. Todo está saturado y no podemos asumir más personas porque no hay exámenes suficientes”.
Imagen de archivo de un examen de conducir
La consecuencia directa es que los propios centros formativos se quedan bloqueados, sin margen para crecer ni atender la alta demanda de nuevos conductores.
El testimonio de los alumnos: “No sé cuándo me examinaré”
La situación también tiene un impacto emocional y económico en quienes intentan obtener el carné.
Laura, una joven de 25 años, lleva meses esperando para examinarse de la parte práctica. “Hice el teórico en primavera y desde entonces sigo esperando fecha para el práctico. En mi autoescuela no me saben decir cuándo será, porque hay mucha gente por delante y cada vez se retrasa más”, lamenta.
A la incertidumbre se suma la frustración de invertir tiempo y dinero sin poder avanzar. “Estoy pagando clases para no perder el ritmo, pero no tiene sentido si no sé cuándo podré subir a examen”, añade.
“El examen no es cuestión de suerte”
Desde las propias autoescuelas insisten en que una de las claves para reducir la lista de espera pasa por preparar mejor a los alumnos y evitar suspensos que agraven el embudo.
Álex Requena, portavoz de la Federación de Autoescuelas de Barcelona y propietario de Autoescuela Positiva, explica que el problema tiene varias caras: “Claro que los suspensos influyen, pero también hay muchos alumnos que suben sin estar preparados, porque piensan que el examen es cuestión de suerte. Y no lo es”.
Imagen de archivo autoescuela
Requena defiende una formación responsable y personalizada: “En mi autoescuela jugamos al consenso. Entre el profesor y el alumno decidimos cuándo está preparado. Si no lo está, le decimos que haga más prácticas. No se trata de poner trabas, sino de garantizar que apruebe”.
La falta de examinadores, el gran cuello de botella
El portavoz de la federación señala que el principal obstáculo sigue siendo la escasez de examinadores. “Si el alumno sube y no aprueba, a mí me genera un problema enorme. Pero si directamente no hay plazas de examen, no puedo hacer nada”, subraya.
En este sentido, celebra el compromiso del Ministerio de Interior y el trabajo de la presidenta de la Federación de Autoescuelas de Barcelona, Teresa —a quien Requena elogia como “una presidenta entregada”—, por haber conseguido un acuerdo que permitirá la incorporación de 46 nuevos examinadores en Barcelona antes de fin de año.
“Si se cumple la promesa, será un número muy importante. Nos pone otra vez en órbita, con unas capacidades para las autoescuelas muy decentes”, asegura Requena.
Según explica, la federación ha insistido en que los nuevos examinadores sean de la propia provincia, para evitar que abandonen el puesto en pocos años debido al alto coste de vida en la ciudad. “Si son de aquí, se quedarán aquí. Es la única manera de que el refuerzo sea estable”, afirma.
Una oportunidad también para los profesores
Además, el sector busca soluciones a medio plazo para aumentar la plantilla de profesores de autoescuela, otro eslabón esencial del sistema.
Requena recuerda que actualmente hay tres vías para convertirse en profesor: la convocatoria anual del Servicio de Tráfico, el nuevo grado superior en movilidad segura y sostenible, y un curso intensivo de seis meses para obtener el certificado de aptitud.
Exterior de una autoescuela de hoy-voy / HOY-VOY
“Mucha gente no sabe que esto existe, y es una oportunidad. Las autoescuelas necesitan profesores y hay jóvenes que podrían encontrar aquí una salida profesional”, explica.
Perspectivas de futuro
Si las previsiones se cumplen, Barcelona podría cerrar el año con un aumento sustancial de examinadores y, con ello, una reducción progresiva de las listas de espera.
Requena es optimista: “Por fin tendremos un número adecuado para la capital catalana. A partir de ahí, podremos empezar a rebajar esa lista de 50.000 alumnos. No será inmediato, pero la perspectiva para 2026 es buena”.
Mientras tanto, autoescuelas, profesores y alumnos siguen atrapados en un sistema que intenta recuperar el ritmo. “Lo importante es que los cambios lleguen para quedarse”, resume el portavoz. “El carné de conducir no debería ser una carrera de obstáculos”, concluye.