Maestras de escuelas infantiles lanzan pañales con heces al IMEB de Barcelona

Las trabajadoras de las escuelas infantiles de Barcelona prosiguen con su ciclo de protestas. Si esta mañana cerca de 300 empleadas del servicio municipal se manifestaban frente a la sede del consistorio, en la plaza de Sant Jaume, esta noche han lanzado pañales manchados con heces a la sede del Institut Municipal d'Educación de Barcelona (IMEB).

Maestras y docentes del servicio protestan contra la firma del nuevo convenio municipal, que implica un descenso de la jornada semanal pero no va acompañada de un aumento presupuestario, lo que genera, según han explicado los sindicatos a Metrópoli, una intensificación de la carga laboral, que ya antes describían como elevada.

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Refuerzos que no llegarán

Sin embargo, es precisamente el sector de la educación, junto con el de policía y bomberos, uno de los que se queda fuera de este descenso de la jornada. Más aún, las trabajadoras denuncian que todavía no se han efectuado las 105 contrataciones anunciadas por los responsables municipales a inicios de verano y que debían reforzar la plantilla.

Pancarta de la manifestación de las educadoras infantiles Cedida

Las 105 contrataciones era precisamente una compensación anunciada por el Ayuntamiento ante la oleada de protestas que los sindicatos habían convocado antes de verano tras conocerse que, de cara al nuevo curso, iban a modificarse las ratios entre educadoras y maestras.

Si bien hasta ahora se habían repartido al 50%, desde septiembre esta cifra se ha convertido en un 70% educadoras y un 30% maestras. Ello "ha dejado a muchas trabajadoras en la calle".

Ratios elevadas, pluses y puestos no adaptados

Se le suma unas ratios que, critican, "superan con creces las recomendaciones de la UE" y "perjudican la atención individualizada que merecen los niños y niñas", especialmente en aquellos casos en los que "tienen necesidades especiales".

Maestras y educadoras de las escuelas infantiles se manifiestan en Barcelona Cedida

También lo que consideran que es un "mísero plus de 200 euros que perciben las directoras de las escuelas infantiles" a pesar de la responsabilidad de su cargo y las funciones.

"Las trabajadoras sufrimos una gran sobrecarga que afecta directamente a nuestra salud física, psicológica y emocional. Estamos solas en el aula y no hay adaptaciones del trabajo a pesar de sufrir enfermedades profesionales que no están reconocidas", afean.