Nueva petición para Collboni. El Gremi de Restauració de Barcelona pide al alcalde Jaume Collboni que intervenga personalmente para frenar el desalojo inminente de los seis negocios que todavía operan en el centro comercial Moda Shopping, en la calle Marina 16.
El espacio, inaugurado en 1993 como parte de una concesión olímpica, pertenece ahora a Patrimonio del Estado, que pretende subastarlo vacío para venderlo “al mejor postor”.
Escaleras mecánicas del centro comercial Moda Shopping Port Olimpic
El director general del gremi, Roger Pallarols, ha explicado que en el complejo trabajan más de 120 personas en empresas familiares que llevan décadas en la zona. Advierte que “el Estado quiere echar a las seis empresas, destruir los negocios actuales y los puestos de trabajo que dependen de ellos”.
“El Ayuntamiento no puede quedarse al margen”
Pallarols asegura que los restauradores intentan desde 2019 alcanzar una solución de continuidad, sin éxito. Han propuesto alternativas y acudido a los tribunales, pero las sentencias recientes son desfavorables y los procesos de desahucio están en marcha. “La amenaza es inminente”, advierte.
El dirigente recalca que el Ayuntamiento no puede permanecer al margen de una operación “de estas características”, ya que se trata de “una pieza clave en la fachada marítima de Barcelona”. Señala que subastar el espacio vacío demuestra “un desinterés absoluto por la ciudad y por unas empresas que están aquí desde 1993”.
Petición directa a Collboni
Durante la rueda de prensa, Pallarols ha firmado una carta dirigida al alcalde para pedirle que “asuma en primera persona” el liderazgo de un proceso de negociación “dialogado y consensuado” con el Estado. “Pedimos que el alcalde interceda en nombre de estas empresas y que evite los desahucios”, subraya.
Gremi de Restauració de Barcelona junto a trabajadores de los locales del CC Moda Shopping de Port Olimpic
El director del gremio destaca que el consistorio debe actuar “con coherencia” respecto a la inversión municipal realizada en el Port Olímpic, situado a pocos metros. Añade que “no tiene sentido reformar todo el puerto y desentenderse de lo que ocurre aquí solo porque el titular sea el Estado”.
Un llamamiento a evitar un “fracaso urbano”
Pallarols advierte de que ejecutar los desalojos supone “un fracaso”, no solo para los restauradores, sino también para la ciudad. Señala que “aquí hay familias que llevan más de treinta años. Nadie gana nada dejando esto vacío para que se adjudique al mejor postor”.
Explica que se puede seguir el modelo de gestión del Port Olímpic, donde la finalización de la concesión se resolvió “sin traumas” gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento, la empresa municipal B:SM y el gremio. “Esa experiencia demuestra que es posible abrir una nueva etapa consensuada”, defiende.
Críticas al “desinterés” institucional
Preguntado por la falta de actuación del Ayuntamiento, Pallarols señala que solo puede explicarse “por desinterés o incapacidad de gestión”. Recuerda que los restauradores llevan años intentando dialogar tanto con el Estado como con la administración local, sin resultados.
Una trabajadora en uno de los locales del CC Moda Shopping del Port Olimpic
Subraya que “tenemos un gobierno en Madrid, en Cataluña y en Barcelona del mismo color político. Por eso pedimos que el alcalde use su influencia para buscar una solución dialogada que evite los desahucios”.
Un espacio estratégico en la fachada marítima
El director del gremio recuerda que el Moda Shopping, con unos 7.000 metros cuadrados construidos, forma parte de la continuidad urbana del Port Olímpic y de la fachada marítima. “No se entiende el Port Olímpic sin preocuparse por su entorno. Este espacio también forma parte de esa transformación”, asegura.
Detalla que el complejo alberga locales históricos como Barnabier, Farggi o Burger King, y que hasta hace pocos años daba empleo a casi 300 personas. Hoy solo sobreviven la mitad de los negocios, en una zona “cada vez más degradada”.
“Nadie gana con un espacio vacío”
Pallarols recalca que los restauradores no buscan confrontar, sino encontrar soluciones de continuidad que les permitan seguir trabajando con estabilidad y coherencia con las inversiones municipales. Explica que “desde que acabó la concesión, no han querido una batalla judicial, sino soluciones consensuadas”.
Por eso pide al Ayuntamiento que solicite al Estado la suspensión de los desalojos y lidere una negociación trilateral con Patrimonio del Estado y los empresarios afectados. “El alcalde tiene la oportunidad de preservar empresas barcelonesas que quieren seguir siéndolo”, concluye.
