Barcelona encara un cierre de año marcado por el debate sobre la inseguridad, el repunte de delitos y las quejas de alcaldes e instituciones por la multirreincidencia.
En medio de esta presión política y mediática, la fiscal jefa de Barcelona, Neus Pujal, defiende en una entrevista concedida a Metrópoli que el verdadero cuello de botella no está en la ley, sino en unos juzgados “anclados en 1992” pese al incremento de detenidos y atestados.
Neus Pujal, Fiscal Jefe de Barcelona, durante la entrevista con Metrópoli
Pujal reivindica durante este encuentro recursos estructurales --más fiscales, más jueces y unidades especializadas-- y advierte de fenómenos preocupantes como el aumento de agresiones sexuales y la saturación en los turnos de guardia
Falta de recursos
La fiscal jefa de Barcelona sostiene que el debate sobre multirreincidencia se está enfocando “por el camino equivocado”.
Y es que, precisamente, pese a las advertencias y consejos del mundo judicial, los grupos parlamentarios insisten en la vía de la reforma legislativa. El PSOE ha llegado a un acuerdo con el PP y Junts para reformar el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) con el objeto de endurecer el castigo por multirreincidencia en hurtos y estafas.
Se ha aplicado un plan de choque contra la mulrirreincidencia, mediante cuatro refuerzos en el enjuiciamiento de los delitos rápidos, que està dando importantes resultados. Este es el camino. Es preciso un incremento importante de plazas de jueces y fiscales en las convocatorias de oposiciones.
Neus Pujal, Fiscal Jefe de Barcelona, durante la entrevista con Metrópoli
Frente a las propuestas políticas de endurecer el Código Penal, Pujal insiste en que el principal problema es estructural: la falta de medios en juzgados y fiscalías, que impide dar una respuesta rápida a los delitos reiterados.
“Una reforma legislativa sale gratis", explica Pujal, pero recalca que lo determinante es la capacidad real de enjuiciar los hechos “en tiempos razonables”.
Más detenidos, pero no más juzgados
Pujal detalla que la plantilla de Mossos d'Esquadra ha crecido de forma notable en los últimos años --con promociones de unos 1.500 agentes nuevos por año-- y que la mayoría se destinan a seguridad ciudadana.
Esto, subraya, supone más presencia policial, más controles, más identificaciones y más detenidos, lo que aumenta la carga de trabajo de las guardias judiciales.
Sin embargo, la fiscal explica que los juzgados de guardia y de instrucción de Barcelona siguen siendo los mismos desde 1992. Con la única excepción del próximo Juzgado de la nueva Sección de delitos violentos contra la infancia y adolescencia, que entrará en funcionamiento el 1 de enero y asumirá causas de violencia contra niños, niñas y adolescentes.
Neus Pujal, Fiscal Jefe de Barcelona, durante la entrevista con Metrópoli
Aun así, Pujal insiste en que esto no compensará la presión actual porque la entrada de nuevos fiscales o jueces “no está acompañando el ritmo” del aumento de detenidos.
Guardias saturadas
La fiscal jefa reconoce que el colapso en los juzgados de guardia es evidente. En algunos turnos, los fiscales llegan a asumir más de 20 asuntos, el máximo que la Fiscalía considera razonable.
Existen mecanismos para derivar casos a otro de los tres juzgados disponibles si se supera la treintena de asuntos, pero Pujal admite que la carga continúa siendo “muy elevada”.
Neus Pujal, Fiscal Jefe de Barcelona, durante la entrevista con Metrópoli
Por poner un ejemplo, durante la Copa América el ministerio público obtuvo un fiscal adicional, que aligeró de forma notable el trabajo de los titulares. Sin embargo, ese refuerzo “no fue renovado” a pesar de que se solicitó formalmente.
“Por eso pedimos más recursos. No podemos absorber este volumen sin apoyo estable”, señala la entrevistada a este medio.
Lentitud en las condenas
En la misma línea, Pujal subraya que la multirreincidencia se agrava porque las sentencias tardan demasiado en llegar. En Barcelona, explica, antes del plan de choque contra la multirreincidencia, un hurto o un robo podía tardar año y medio en ser enjuiciado. En la actualidad, sin embargo, mientras no se llena la agenda de señalamientos rápidos puede enjuiciarse en tres o cuatro meses. Algo que la entrevistada destaca como un importante éxito.
Esto provoca que muchos reincidentes sigan sin antecedentes computables en el momento de su enjuiciamiento, lo que impide aplicar penas más altas.
Tiempo de reacción
Además, si las condenas llegan fuera del plazo de suspensión, no se pueden revocar, lo que deja sin efecto parte de la respuesta penal.
“En otros países turísticos o en ciudades que reciben tanto turismo como Barcelona también se cometen hurtos y delincuencia frecuente. La diferencia no es el delito: es el tiempo de reacción de la Justicia”, afirma Pujal.
Neus Pujal, Fiscal Jefe de Barcelona, durante la entrevista con Metrópoli
Repunte de agresiones sexuales
Uno de los puntos que Pujal considera más sensibles es el aumento de agresiones sexuales detectado por la Fiscalía, tanto por autores adultos como menores. Aunque no ofrece cifras concretas en la entrevista, admite que el fenómeno preocupa y que requiere análisis profundo y recursos específicos.
Explica que la carga de procedimientos vinculados a violencia sexual ha crecido “de forma constante”, y defiende la necesidad de seguir reforzando unidades especializadas, equipos psicosociales y formación continua para fiscales y operadores jurídicos.
Países que no admiten la expulsión
Otro punto que Pujal considera clave y que rara vez trasciende a la opinión pública es el bloqueo internacional en algunas extradiciones. Barcelona detiene a menudo a reincidentes extranjeros con varios antecedentes, pero no siempre es posible expulsarlos a su país de origen.
“Hay Estados con los que no podemos tramitar expulsiones,” afirma. Esto impide que el delincuente pueda cumplir condena en su país y obliga a gestionarlo íntegramente desde España, aumentando la carga del sistema judicial y penitenciario.
Neus Pujal, Fiscal Jefe de Barcelona, durante la entrevista con Metrópoli
En algunos casos, explica, falta convenio; en otros, el país no garantiza estándares mínimos o directamente no responde. El resultado es que muchos de estos infractores permanecen en Barcelona sin posibilidad de expulsión efectiva, contribuyendo a la sensación de impunidad.
Reformas del Código Penal
Sobre la presión política para endurecer las penas, Pujal recuerda que una reforma penal “no soluciona el atasco” del sistema judicial.
La aplicación efectiva de la ley, insiste, depende de que las condenas se materialicen a tiempo. Y eso requiere “infraestructura, personal y planificación”. “Con más fiscales y jueces, los juicios se celebrarían antes, las condenas serían efectivas y los reincidentes tendrían antecedentes computables”, resume.
La delincuencia "no desaparecerá"
La fiscal jefa de Barcelona concluye que la multirreincidencia no desaparecerá, pero sí puede reducirse con un sistema judicial ágil y dimensionado a la realidad actual.
Con una ciudad donde los detenidos aumentan, pero los juzgados permanecen igual que hace tres décadas, Pujal lanza un mensaje claro: “La solución es invertir en Justicia”.
