El 16 de enero es una fecha clave en el calendario para los amantes de una de las elaboraciones más queridas en la gastronomía de Barcelona: la croqueta. Este domingo se celebra el día internacional de esta elaboración, conocida en todo el mundo y capaz de conquistar a los paladares más exigentes.
Además, las croquetas abren la puerta a una gran variedad de opciones y sabores para sorprender a aquellos que no se conforman con lo tradicional en la cocina. Croquetas como las de foie, de queso o de chipirones, entre muchas otras, se suman a las deliciosas croquetas clásicas –jamón, pollo y cocido– para crear un surtido exquisito para todos los gustos.
BMagazine ha elaborado una lista de algunos de los mejores restaurantes de la capital catalana para degustar sus deliciosas croquetas en un día tan especial para los barceloneses más foodies.
COURE
El restaurante Coure, ubicado en Sant Gervasi-Galvany, es uno de los establecimientos gastronómicos que tiene mayor reputación por sus croquetas. Estas son famosas en toda Barcelona por su gran tamaño, su contundencia y su sabor inigualable.
Los cocineros de este local elaboran estas delicias con ingredientes de temporada, por lo que no siempre tienen las mismas. Depende del momento del año venden croquetas de escudella, de pollo asado, de jamón e incluso de pollo al curry.
Otro de los secretos de su éxito es que en sus rellenos no trituran por completo los ingredientes, por lo que los comensales van encontrando trocitos minúsculos que saben a gloria.
Dirección: pasaje de Marimon, 20
SUCULENT
La croqueta de pato asado es una de las estrellas de la carta del restaurante Suculent. El chef Toni Romero creó estos pequeños bocados de cielo con mucho esmero hasta conseguir una textura exterior ultracrujiente y un interior muy meloso.
El sabor del pato asado y la bechamel hace que los comensales se transporten a la temporada otoñal y disfruten de cada segundo que dura la croqueta en su paladar.
Dirección: rambla del Raval, 43
FLASH FLASH
El restaurante Flash Flash, que fue fundado por el fotógrafo Leopoldo Pomés y el arquitecto Alfonso Milá en 1970, es uno de esos establecimientos que jamás pasarán de moda. Una de las muchas características que lo hace eterno son sus croquetas.
A pesar de que este cenador esté especializado en tortillas y hamburguesas, las croquetas de jamón ibérico, de bacalao, de ceps o de pollo son algunos de los clásicos entrantes que siempre piden sus comensales. Pero, sin duda, las de queso Idiazabal se llevan la palma. La textura envolvente del queso vasco y la bechamel y su fino rebozado forman una combinación explosiva.
Dirección: calle de la Granada del Penedès, 25
LOS CARACOLES
Si uno va paseando por el barrio Gòtic y le entra el hambre no debe dudar ni un segundo en entrar en el restaurante Los Caracoles y pedir una ración de croquetas de rabo de toro.
Su elaboración completamente casera y su sabor inconfundible hacen que sean muchos los que repiten en este establecimiento centenario de Barcelona.
Dirección: calle dels Escudellers, 14
FISER
El restaurante FiSer apuesta por las mezclas sorprendentes en sus croquetas. Las de de porccini, idiazabal y trufa, por ejemplo, consiguen que el paladar de sus comensales se convierta en una auténtica fiesta.
Decoradas con escamas de sal gorda, estas bombas llenas de sabor cuentan con un exterior ultracrujiente y un interior sedoso.
Dirección: calle de Muntaner, 248
TAPAS 24
Es imposible decidir entre las croquetas de pollo rustido y las de jamón de los restaurantes Tapas 24. Su chef, Carles Abellán, ha creado dos auténticas variedades, completamente adictivas, que se han convertido en protagonistas de su carta de tapas.
A diferencia de otras croquetas, en las de Tapas 24 los comensales notan a la perfección las hebras del pollo y los tacos del jamón.
Dirección: calle de la Diputació, 269 y avenida de la Diagonal, 520
LA DESPENSA DE MITRE
La Despensa de Mitre denomina sus croquetas de pollo y queso manchego como las "reinas de la casa". Estas son grandes –tanto que se las podría llamar croquetón–, tienen una fritura sublime y un relleno sabroso en el que se perciben a la perfección el queso fundido y los trozos de pollo.
Este restaurante las sirve con una buena capa de queso manchego rallado por encima, que les da el toque final.
Dirección: ronda del General Mitre, 114
MY FUCKING RESTAURANT
El restaurante My Fucking Restaurant está especializado en gastronomía italiana y, por ende, debía de tener unas croquetas que versionaran algún plato típico de la bella Italia. La reinterpretación del clásico Osobuco fue la ganadora y sus croquetas de esta parte de la ternera lo petan entre los clientes.
Presentadas encima del propio "hueso vacío", estas delicias triunfan por su relleno gustoso de osobuco a la millanese y su fritura perfecta.
Dirección: calle de Nou de la Rambla, 35
CROQ&ROLL
Las croquetas son, sin lugar a dudas, el gran reclamo de Croq&Roll, un bar de temática musical donde también se sirve carne, tapas vegetarianas y cervezas artesanales. Todas ellas están elaboradas con productos frescos e ingredientes de calidad. Las hacen con una base de leche sin lactosa y margarina vegetal. A partir de este delicioso y cremoso punto de partida, tienen una gran variedad de sabores para conquistar a todos sus clientes.
Entre sus croquetas más deliciosas destacan la croqueta de pollo a la parmesana, de gorgonzola con pera, de calamar en su tinta o de berenjena asada con provolone y miel. Recientemente han lanzado nuevas propuestas como la croqueta de pato a la naranja con zanahorias asadas.
Además, también tienen cinco seis de croquetas dulces: de mascarpone con nutella, de oreo, de chocolate negro con naranja, de plátano con dulce de leche, de crema de lotus biscoff con manzana caramelizada y su croqueta XXL de chocolate blanco con limón, crema de cacahuete y coulis de frutos rojos.
Dirección: calle de Travessera de Gràcia, 233
CATACROQUET & CATA BORN
Catacroquet conquista por su atractiva terraza y su ambiente y enamora con sus exquisitas croquetas. Algunos de sus grandes éxitos son su croqueta de huevo de corral trufada, de pollo al curry con leche de coco o su tradicional croqueta de jamón de bellota.
En 2019 el restaurante se expandió con otro local en el corazón del Born, llamado Cata Born. Allí cuentan con una carta más extensa. Todas las croquetas se elaboran de manera artesanal y con productos de proximidad.
Dirección: Calle dels Almogàvers, 211 y calle de la Pescateria, 6.