En pleno corazón del Gòtic de Barcelona, donde la vorágine turística ha transformado muchas calles en escaparates de souvenirs y comida rápida, ha nacido un proyecto que combina historia, elegancia y gastronomía de alto nivel: Finorri, el restaurante ubicado en los bajos del histórico Hotel Condal.
Este establecimiento, inaugurado en 1893 y famoso por haber acogido a figuras como Salvador Dalí y Federico García Lorca, se ha renovado con una propuesta que respeta la tradición mientras se adapta a los paladares contemporáneos.
El restaurante Finorri en una imagen de archivo
Bajo la dirección de los hermanos Santiago y Carolina Rama, segunda generación al frente del hotel, Finorri ofrece una experiencia culinaria que conjuga el clasicismo de la cocina catalana con técnicas y sabores actuales.
La familia Rama ha apostado por mantener la esencia histórica del edificio, con su imponente fachada y su elegante interiorismo art-nouveau, y a la vez traer un soplo de aire fresco con un restaurante que busca ser un referente gastronómico en la ciudad.
Trío de chefs
La madera cálida, la barra de mármol y los uniformes del personal —chaquetillas con galones que recuerdan al rigor clásico— refuerzan esa sensación de espacio atemporal.
El equipo de cocina está formado por un trío de chefs de contrastada solvencia: Josep Nicolau, director gastronómico, Albert Soteras y Marc Vitega, quienes han pasado por algunos de los restaurantes más emblemáticos de España y Europa, como L’Olivé, 7 Portes o Maaemo.
Las cartas del restaurante Finorri en una imagen de archivo
Su propuesta es clara: productos de mercado, de temporada, cocinados con técnicas que respetan su esencia pero añadiendo un toque contemporáneo y creativo. Entre las especialidades destacan la gilda elaborada con piparra ahumada y oliva marinada, el carpaccio de gamba con pistachos y mayonesa de gambas, los ceps salteados con yema de huevo y papada curada, y los calamares guisados rellenos de butifarra de perol y berenjena. Cada plato combina sabores tradicionales con toques inesperados que elevan la experiencia gastronómica.
Devolver vida al barrio
El restaurante no solo busca satisfacer a los turistas que recorren el Gòtic, sino también atraer a los vecinos y trabajadores de la zona. Santiago Rama explica que la idea detrás de Finorri es devolver vida al barrio, un lugar que conserva la esencia del comercio y la cultura local, a pesar de los cambios provocados por la gentrificación y la masificación turística.
A la propuesta culinaria se suma una cuidada selección de vinos, diseñada por el sumiller Lluís Roig, quien ha trabajado en prestigiosos establecimientos internacionales y ahora propone una carta que combina bodegas familiares, proyectos emergentes y regiones poco exploradas. Además, los cócteles de autor complementan la experiencia, convirtiendo cada visita en un recorrido sensorial completo.
Uno de los platos en Finorri
El restaurante se presenta como un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser motor cultural y social, manteniendo la identidad de la ciudad mientras ofrece algo novedoso y emocionante.
Con apenas unos meses de apertura, Finorri ya ha logrado consolidarse como una parada obligatoria para los amantes de la buena cocina en Barcelona. Su equilibrio entre tradición, innovación y excelencia en el servicio lo convierte en un referente dentro del Gòtic, y su propuesta promete mantenerse relevante a medida que el Hotel Condal completa su reforma, prevista para 2026.
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