Centenares de personas en la plaza del Sol de Gràcia la madrugada del domingo al lunes / ARA

Centenares de personas en la plaza del Sol de Gràcia la madrugada del domingo al lunes / ARA

Gràcia

Juergas sin control y aglomeraciones sin mascarilla en las fiestas de Gràcia

Centenares de personas celebran las fiestas sin mascarilla ni distancias de seguridad en las plazas de la Vila

19 agosto, 2021 00:00

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La plaza del Raspall de la Vila de Gràcia vive estos días ajena a la pandemia de coronavirus. Esta madrugada, a las 01.00 horas, más de 300 personas se aglomeraban celebrando las Festes Majors de Gràcia. Los bares cerraban el grifo de la cerveza a la hora convenida para cumplir el toque de queda nocturno (01.00 - 06.00 horas) aunque una multitud de jóvenes alargó, al menos, durante una hora más la fiesta en la plaza. La escena se repetía en otros puntos del barrio. La policía observaba atentamente las escenas desde la distancia.

Varias horas después y con más de tres cervezas en el cuerpo, la mascarilla brillaba por su ausencia en Gràcia. A partir de las 00.00 horas ya apenas nadie la llevaba en la plaza del Raspall. Tampoco usaban el tapabocas las otras 200 personas que se reunían en la plaza del Poble Romaní, una calle por encima. En este punto, las aglomeraciones eran más evidentes debido a la estrechez de la calle. Se produjeron escenas parecidas a la de los conciertos con centenares de personas codo con codo, bebiendo, fumando y sin mascarilla.

TAPONES PROPIOS DE UN MACROCONCIERTO

Las fiestas sin medidas de seguridad en las calles de la Vila son el máximo exponente de la falta de control estos días en las fiestas. Si bien durante el día la situación es otra, con un aforo más reducido y la mayoría de personas con mascarilla, el panorama cambia por la tarde y muta por completo cuando cae la noche. 

 

En algunas calles decoradas, como Llibertat, se vivían tapones con decenas de personas que esperaban para entrar en la calle. Se producían escenas curiosas más habituales de la entrada de un macroconcierto del Palau Sant Jordi que de unas fiestas mayores. A las 21.00 horas, 50 personas se agolpaban en la calle de Tordera para penetrar en un tramo de la calle. Se vivieron incluso momentos de tensión cuando un trabajador contratado para controlar el aforo se veía desbordado e incapaz por unos segundos de controlar a los transeúntes, que entraban a empujones.

BOTELLONES EN PLAZA DEL SOL

Otras plazas también registraban aglomeraciones de diversa consideración. Se producían en la plaza Rius i Taulet, Revolució y Sol. En esta última se producía una imagen que se viene repitiendo durante muchos fines de semana y también entre semana este verano. El domingo, centenares de personas bebían sentados en el suelo. Los corrillos los formaban grupos de personas de tres, cuatro y cinco personas, pero también de 10 y otros más numerosos.

La Vila de Gràcia ha recuperado esta edición sus fiestas después de la triste edición de 2020 a causa de la pandemia. Este año, las comisiones han recuperado los conciertos y actos presenciales. Aunque con limitaciones (cita previa, distancias de seguridad y obligatoriedad de mascarillas), el barrio ha retomado con fuerza unas fiestas con una gran acogida entre los barceloneses. Solo hay 21 calles decoradas este año, pero los elaborados trabajos de las asociaciones hacen las delicias de los usuarios de las redes sociales que llenan sus perfiles con imágenes y vídeos de las calles engalanadas.

 

Ambiente en la plaza del Raspall durante la madrugada de este miércoles / METRÓPOLI

Ambiente en la plaza del Raspall durante la madrugada de este miércoles / METRÓPOLI



 

 

Además del peligro de contagio, especialmente entre la población joven, la recuperación de la presencialidad tiene otra consecuencia: un incremento del ruido registrado en las plazas. Si el sonido estimado para una aglomeración de gente se encuentra sobre los 60 decibelios (dB), este valor se ha quedado muy corto respecto al que se ha producido con motivo de la celebración.

HASTA 90 DECIBELIOS

Los datos ofrecidos por el perfil Soroll Gràcia en Twitter, que publica mediciones realizadas en diferentes puntos del barrio, despejan todo tipo de dudas sobre la contaminación acústica que se produce por las noches. Durante la noche del martes, entre las 23.30 y las 0.00 horas de este miércoles, el ruido alcanzó los 90 decibelios en la plaza de la Revolució, 85,1 dB en la plaza de la Vila y 82,1 dB en la plaza del Nord. Los valores también han alcanzado los 76,7 dB en la plaza del Sol, 74.0 db en la plaza del Diamant y 72,6 dB en la plaza de la Virreina.

Las fiestas sin control tienen lugar desde la noche del pasado domingo, la primera noche de las fiestas que terminan el próximo sábado. Ese día, medio millar de jóvenes bailaban con altavoces en la mano en la plaza del Sol, según publicaba el diario Ara. La Guardia Urbana apareció a las 01.30 horas, media hora después de la entrada en vigor del toque de queda, para desalojar a las 200 personas que aún festejaban. A pesar de estas escenas, el Ayuntamiento aseguró que no le constaban incidencias.

FIESTA PASADAS LAS 02.00

Desde la comisión organizadora de las fiestas se desvinculan de estos comportamientos incívicos. "No tienen nada que ver con nosotros", comentaban hace unos días. Este miércoles de madrugada, pasadas las 02.00 horas, un centenar de personas bailaban al ritmo de acordes latinos de un altavoz inalámbrico delante del esqueleto de hierro del Mercado de la Abaceria. Varias patrullas de la Guardia Urbana contemplaban el escenario desde la distancia. Circulaban también por la zona furgonetas de agentes antidisturbios de los Mossos d'Esquadra.

 

Aglomeración de personas en una calle de la Vil·la de Gràcia / METRÓPOLI

Aglomeración de personas en una calle de la Vil·la de Gràcia / METRÓPOLI