Badia declara por malversación y prevaricación por la cesión del casal okupa Tres lliris
El concejal aboga por la convivencia entre el casal y los vecinos de la zona, que llevan años soportando ruido y fiestas a altas horas de la noche
23 septiembre, 2022 16:54Noticias relacionadas
Eloi Badia se defiende ante el juez. El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica del Ayuntamiento de Barcelona ha asegurado que "la cesión de uso es un modelo habitual en la ciudad", en referencia al local Tres Lliris, que el consistorio cedió a una entidad juvenil y que se convirtió en un casal para jóvenes que ha traído muchos problemas de convivencia con los vecinos de la zona.
Así lo ha mantenido, junto con otros cuatro funcionarios acusados, ante el tribunal del Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona. Se le imputan los delitos de prevaricación y malversación por la cesión.
Además, en un escrito en su cuenta de Facebook, Badia asegura estar al corriente de los problemas relacionados con el casal. "Creemos que la juventud debe poder disponer de espacios de crecimiento. La petición de un espacio para los jóvenes, como muchos sabréis, es una demanda histórica y muy apoyada por el movimiento asociativo y cultural de la Vila", ha asegurado.
También ha abogado por la convivencia del casal y de los vecinos de la zona: "No solamente pueden convivir, sino también enriquecerse mutuamente desde el respeto y la confianza entre vecinos de un mismo barrio", ha considerado.
UN LOCAL PROBLEMÁTICO
El Ayuntamiento aprobó la cesión a una entidad que quería convertir el local en un casal de joves. No obstante, el proyecto presentado al Ayuntamiento llegó después de que se aprobara la cesión. Al respecto, el gobierno municipal defendió que se trataba de un "proyecto de interés social y sin ánimo de lucro". Por otra parte, los vecinos de la zona vieron indicios de que este movimiento "se hizo a dedo y fuera de ley", lo que impulsó la querella.
"La cesión de uso es un modelo habitual en la ciudad, que suma más de 300 proyectos muy diferentes entre sí, como la FAVB, Càritas o Can Mussons", han detallado desde el consistorio.
SILENCIO DESDE EL AYUNTAMIENTO
Ruido, fiestas a horas intempestivas e incluso fiestas durante la pandemia, son solo algunos de los conflictos que han tenido lugar alrededor del local y que han denunciado los vecinos que arrastran esta situación desde 2017. Durante estos años, ni las llamadas a la Guardia Urbana ni las quejas a la Síndica de Greuges del Ayuntamiento de Barcelona sirvieron, pues no se llevó a cabo ninguna actuación al respecto. No fue hasta el dictamen del Síndic de Greuges de Catalunya, que determinó que se había producido una "tras la absoluta dejación de funciones" por parte del Ayuntamiento, que el tema llegó a los tribunales.
Ahora, el consistorio defiende que velan "siempre para hacer compatible la convivencia con los vecinos y el desarrollo de la actividad de la asociación juvenil con un retorno social a la Vila de Gràcia".