
Operarios trabajan en la limpieza del solar
Los vecinos de Vallcarca celebran el fin del conflictivo asentamiento enquistado: “Los okupas eran impunes, ya era hora de que los desalojaran”
Los residentes, que llevaban años conviviendo con esta problemática, defienden la actuación municipal, un paso trascendental para encarar la transformación urbanística del barrio
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“Es una liberación para el barrio”. Con esta contundencia se ha expresado uno de los varios vecinos que, en declaraciones a Metrópoli, ha celebrado este jueves el desalojo del conflictivo asentamiento de Vallcarca. La afirmación, que refleja el sentir mayoritario del barrio, evidencia los años de reivindicación vecinal para poner fin a esta okupación.
El fuego declarado en el solar durante la madrugada del miércoles ha resultado determinante para ejecutar el desalojo. Los bomberos pudieron acceder a este terreno, donde realizaron una inspección que destacó la situación de “peligro inminente” y la necesidad de vaciar el solar para “garantizar la seguridad” en la zona.

Incendio en el asentamiento ilegal de Vallcarca
La Guardia Urbana, cuerpo policial encargado de la actuación con el apoyo de Mossos, ha completado un lanzamiento en el que el consistorio barcelonés ha aportado todos los medios posibles para acabar con la infravivienda y atender a los desalojados.
Actuación coordinada
Los trabajos en el solar se han alargado tras el desalojo. Un despliegue de agentes de la Guardia Urbana y varias brigadas municipales de limpieza, con la participación, también, de personal externo, han vaciado el terreno okupado.

Trabajos en el solar de Vallcarca
Los trabajadores han localizado todo tipo de enseres en el interior de la finca. Desde bidones de combustible hasta somieres, pasando por otros objetos inflamables, se almacenaban en el corazón de Vallcarca.
La coordinación entre todos los actores, donde también ha entrado la atención de servicios sociales, ha facilitado un desalojo y limpieza sin incidentes, recuperando la propiedad con vistas a la reurbanización proyectada en el barrio mediante la futura rambla verde, un proyecto en espera desde hace más de dos décadas que el Ayuntamiento ya ha comenzado a desatascar.
Beneplácito vecinal
El desalojo ha contado con el beneplácito vecinal mayoritario. Preguntados por este medio, algunos residentes cercanos al asentamiento han lamentado que la situación se haya mantenido durante años, y han defendido la actuación municipal. “Los okupas eran impunes, ya era hora que los desalojaran”, han asegurado, tras apuntar uno de ellos que ha sido amenazado por uno de los okupantes a pie de calle.
Los vecinos han señalado, además, la permisividad de los gobiernos de Ada Colau como fuente de alimentación de la okupación durante los últimos años, con la necesaria colaboración de la entidad Som Barri.
“Colau lo ha impulsado durante sus dos mandatos. Ha apoyado a Som Barri, que son cuatro y no representan a Vallcarca. No conozco a ningún vecino que esté en esta asociación”, sentencia un residente que vive en el barrio desde hace tres décadas.
“Situación insostenible”
La Asociación de Vecinos Gràcia Nord-Vallcarca ha expresado su “apoyo absoluto” al desalojo, debido a la “situación insostenible de inseguridad e insalubridad a la que se había llegado”, además de pedir que el Ayuntamiento active los “protocolos de servicios sociales pertinentes” para atender a quienes lo necesiten.

Barracas en Vallcarca
El colectivo vecinal ha enmarcado este desalojo en el “proceso de reconstrucción y dignificación del barrio, que debe continuar con la construcción de vivienda, el Parque Central, la rambla verde y los trabajos de la anilla de servicios”.
“Pasar página”
Otras fuentes vecinales apuntan a este medio la necesidad de “pasar página” tras el desalojo. Con esta problemática solventada, los residentes destacan que las reivindicaciones se podrán centrar en otros aspectos, como la “defensa del patrimonio” del barrio.