En Sant Adrià de Besòs, la problemática social de los sintecho cobra una dinámica particular. El municipio cerró su único comedor social hace ya dos años, en las navidades de 2019. Un comunicado por parte del Ayuntamiento anunciaba la clausura del equipamiento, ubicado en la plaza del Tèxtil, que atendía diariamente a decenas de personas. "Había bastante actividad y la que acudía era gente muy agradecida", recuerda una voluntaria que colaboró en el comedor cuando estudiaba en el colegio Sant Gabriel.
Sin el comedor, la ciudad no dispone de un solo equipamiento destinado a albergar a gente sin hogar. Tampoco para darles de comer, a excepción de las dos iglesias del municipio. De hecho, durante el confinamiento estricto, no se habilitó en el municipio ningún polideportivo ni otro local que pudiera servir para alojar a indigentes. Fue la labor de algunos negocios locales y la solidaridad de los vecinos y vecinas las que permitió alimentar a un alto número de gente necesitada aquellos meses.
CIERRE POR RAZONES PERSONALES
El comedor social que cerró sus puertas en 2019 estaba gestionado por la Asociación Sociocultural Sant Antoni Maria Zaccaria, ligada a la parroquia Sant Joan Baptista. Los alimentos los aportaban las empresas del territorio y las voluntarias eran las que trabajaban en el reparto de comidas. Sin embargo, el consistorio asegura a Metrópoli que la clausura del centro estuvo propiciada por razones personales y de edad de las participantes. El fallecimiento del Padre Julián meses más tarde --quien estaba a la cabeza de la obra social-- durante la pandemia también supuso un revés importante.
De hecho, la alternativa más cercana recae ahora en el comedor solidario Gregal, en rambla Prim. Allí se derivan, según el Ayuntamiento, a unas 30 personas a diario. "No se encontró ninguna entidad del tercer sector dentro del territorio", explican fuentes consistoriales. Sin embargo, el contacto y la ubicación del comedor social continúa apareciendo en la página web municipal como si estuviese activo.
SIN CIFRAS ACTUALIZADAS
Los municipios vecinos de Santa Coloma y Badalona se sumaron en mayo a la iniciativa de la Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar (Xapsll). Gracias al trabajo de cientos de voluntarios, se realizó un recuento de las personas que dormían en la calle.
Sant Adrià no participó en el recuento, por lo que las cifras que el consistorio aporta a este medio están desactualizadas. El último informe es del 2019 y contabiliza a 19 personas sin hogar. Casi la mitad de las que se registraron en el 2018, que fueron 37.
ASENTAMIENTOS DE SINTECHO
El cierre de la playa del Litoral por contaminación ha hecho que los vecinos de Sant Adrià tuvieran que desplazarse este verano a la playa del Fórum. La imagen habitual durante los meses de calor en esta zona ha sido la de varias personas que se aseaban en las duchas públicas y dormían en tiendas de campaña. Aún ahora, casi en invierno, continúan viviendo allí.
Un aspecto parecido se puede observar también debajo del puente que cruza de un barrio a otro de Sant Adrià. Concretamente, en el margen del río que pertenece al barrio de La Catalana. Sin embargo, ninguno de los dos asentamientos ha provocado situaciones extremadamente violentas ni delincuencia de ningún tipo.
MUERTE DE UN SINTECHO DURANTE EL GLORIA
Una trágica noticia sucedía en el municipio adrianense en enero de 2020 relacionada con este colectivo. La policía hallaba muerto a un sintecho durante el temporal Gloria. El cuerpo presentaba signos de violencia, pero se descartó que la muerte hubiese estado provocada por las fuertes lluvias que se sucedieron aquellos días. Aún así, el temporal pudo influir, ya que la víctima se encontraba solo, sin nadie que pudiese ayudarlo en el momento de recibir la supuesta paliza que lo mató.
El hombre llevaba 11 años viviendo en la calle y era habitual de la zona donde se encontró, en el descampado del centro comercial Alcampo. De hecho, allí también es frecuente ver a grupos de hombres ebrios que crean problemas.
MILES DE PERSONAS SIN HOGAR EN BARCELONA
La cifra de sintecho es mucho más elevada en la capital catalana. Según el último recuento de Arrels, realizado este pasado junio, en Barcelona duermen al raso 1.064 personas. Sin embargo, desde la fundación aseguran que es una cifra de mínimos. "Sabemos que hay personas que se esconden porque se sienten más seguras, y a las que no localizamos", comentan desde Arrels.
Por otra parte, 3.064 personas duermen en recursos públicos y privados de la ciudad y otras 735 viven en asentamientos informales. Normalmente, en solares y fábricas en desuso u otro tipo de locales.